CARTA ABIERTA  

Al señor Presidente de la Nación Ingeniero Mauricio Macri

De mi mayor consideración:
En mi calidad de simple ciudadano, respetuosamente me dirijo al señor Presidente, a fin de expresarle algunas inquietudes referidas a la política nuclear.

por REDACCIÓN CHUBUT 28/10/2017 - 00.09.hs

En momentos que la industria nuclear productora de electricidad, se halla en franca decadencia en el mundo, debido al descrédito originado en el grave accidente de Japón, a los aumentos de costos producidos por las nuevas medidas de seguridad que deben adoptarse y a que las energías limpias se presentan cada vez más desarrolladas, económicas y capaces de sustituirla, llama la atención que nuestro país continúe adelante con el Plan Nuclear, diseñado por la administración anterior, en el año 2006.

La referida catástrofe de Fukushima, puso en alerta a toda la comunidad nuclear del planeta. Los países, no sólo verificaron, mejoraron y multiplicaron las medidas de seguridad, sino que los gobiernos pusieron en revisión y dudas sus políticas al respecto. No fueron pocos los que resolvieron de momento, paralizar construcciones de nuevos reactores, suspender proyectos, cancelar toda idea de expansión y algunos dieron finalmente un giro de 180 grados en sus políticas nucleares. Las poblaciones tomaron conciencia de las situaciones a que se encontraban expuestas, en todos los órdenes. Los responsables intensificaron medidas e impulsaron la ilustración y preparación de los habitantes de zonas cercanas a instalaciones, para su defensa, ante posible evento.
En la Argentina no parece haberse advertido la nueva situación. El Plan Nuclear vigente ha sido elaborado y aprobado mucho antes de sucedido aquel infortunio.
Su gobierno, en innumerables oportunidades ha expresado que propone otra forma de vivir y de vincularnos, a través de una política que escucha, dialoga, que trabaja en equipo, que hace, cumple, transforma y cambia todo lo que está mal. Esa es en concreto mi aspiración, que me escuche, revise y cambie el Plan Nuclear, cancelando toda iniciativa de expansión. 

Considero desacertada la decisión de instalar dos nuevos reactores, según lo convenido con el gobierno chino. Me parece que la inversión de más de diez mil millones de dólares en esos reactores, podría ser mucho mejor dirigida, con más eficientes resultados, hacia las energías limpias. Tengo entendido que las centrales nucleares son rentables sólo si se disimulan los costos de inversión, desmantelado final y disposición de los residuos. Como es sabido, el costo de esto último es desconocido, por tener que mantenerlos por miles de años. En muchos países el Estado asume la inversión y luego da en concesión su explotación. Nuestro país no está en condiciones de actuar de esa manera. 
Soy consciente de que su gobierno impulsa el aprovechamiento de los inmensos recursos naturales, limpios y renovables que disponemos. Me refiero principalmente al fantástico sol del norte y a los vientos que caracterizan nuestra Patagonia. Recientemente, llamadas por su gobierno, se han recibido 226 propuestas por energías limpias, constituyendo una maravillosa oportunidad que el país no puede perder, que los habitantes apoyamos decididamente, y que seguramente su gobierno sabrá aprovechar para bien del país.

Así como en el mundo aquel referido evento oriental, produjo un punto de inflexión en posiciones gubernamentales, aspiro que en nuestro país se revise el Plan Nuclear heredado del gobierno anterior y se actúe en consecuencia. 
Por otra parte, señor Presidente, he consultado, y otros lo hicieron anteriormente, a los organismos responsables por el destino final de los residuos nucleares de alta radiactividad, que se están acumulando junto a las centrales, los que se siguen generando en los reactores activos, y los que producirán los a construir. También he inquirido sobre los planes existentes para el desmantelamiento de Atucha I y Embalse, que deberá efectuarse en dos décadas, y el destino final de los productos radiactivos del desarme. 
La falta de respuesta ante reiteradas presentaciones, me autoriza a presumir que no hay respuesta satisfactoria. En estas condiciones, instalar nuevos reactores, parece sencillamente, una inconsciencia. Esta situación me sume en una comprensible pesadumbre, que no encuentro forma de disipar, y me da razón a la presente.

 Otro motivo de angustia, es la concentración de cuatro Reactores Nucleares próximos a Lima, (Atucha I y II, el CAREM en construcción y el futuro reactor chino), un lugar que considero absolutamente inadecuado, por su proximidad a la Capital Federal, por encontrarse en zona sumamente poblada, por hallarse junto al río mayor de la Nación, que provee de agua a multitud de poblaciones ribereñas y localizarse prácticamente a nivel del mar. La aglutinación de reactores, más que multiplicar los peligros, los potencia.
Sólo un exhaustivo, prolijo, profundo y sincero examen, ordenado por el señor Presidente, y la divulgación de un informe suficientemente fundado, podrá aliviarme estos pesares que, me consta, no son sólo míos.
Por todo lo expuesto, solicito al señor Presidente:
 - la revisión del Plan Nuclear heredado.
 - la cancelación de la decisión de instalar nuevos reactores. 
 - se dé amplia difusión sobre el destino previsto para los residuos    radiactivos de alta radiactividad acumulados, los que actualmente se    generan, y los a generar en el futuro. 
 - se divulguen los planes previstos para el desmantelamiento de los reactores    en operación y el destino del producto radiactivo del desarme.
En la seguridad de que el señor Presidente interpretará fielmente la intención que me anima, y reiterando que la presente no expresa otra cosa que el sentir de un argentino común, aprovecho para saludarlo cordialmente, con la mayor consideración.
 
Juan Vernieri
DNI 6.877.982
 

 

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