Primera Edición de la “Fiesta Del Chorizo”

Esta fiesta pretende rendir homenaje a los pobladores de origen español, e italiano que llegaron a estas tierras en busca de oportunidades, y fueron desarrollándose como productores de embutidos de manera artesanal con el fin de solventar su economía hogareña.
Los inmigrantes comenzaron con la costumbre de amasar y armar la mezcla de carne vacuna y porcina para la fabricación de chorizos, trabajo que se realizaba en el invierno y se conservaba todo el año, en grasa de cerdo o se los dejaba secar con mucho cuidado.
Con el transcurso del tiempo, estas originales recetas tuvieron una expansión comercial hacia todo el Valle del Chubut hasta llegar adquirir un prestigio inigualable, que hoy, tantos años después se sigue consumiendo como productor preferencial y distinguido.
Aquellas familias que trabajaban la tierra por el furo de esta Nación, al hacer alto en sus actividades, el chorizo figuraba como forma permanente de su alimentación y la elaboración del mismo era motivo de acercamiento entre las familias de la zona.
En la actualidad Dolavon sigue manteniendo viva la tradición de la producción porcina estableciéndose así como polo productivo de chacinados más importantes de Chubut.
Por tal motivo el Municipio de Dolavon, que encabeza el intendente Dante Bowen, toma la iniciativa de realizar este festejo e incorporarlo dentro del calendario de fiestas populares, teniendo la primera edición de la fiesta en el corazón del Valle Inferior del Rio Chubut.
HACIENDO UN POCO DE HISTORIA
La familia formada por Juan José Peruzotti, su señora Enriqueta Conrad y sus hijos Omar, Adela César, Jorge, y Liliana fueron los propietarios de la marca registrada J.A.C.O.L. (formada por las iniciales de los nombres de sus hijos) los tradicionales chorizos Peruzotti.
Para el año 1963 Juan José, trabajaba como empleado en Agua y Energía, además de realizar trabajos rurales en un lote de chacra, al cual llamaban “El Rancho”. Ese año decide renunciar a su empleo, lo cual le dio oportunidad a iniciarse en forma privada a la nueva actividad en la cual colaboraría toda la familia, los niños inclusive.
Durante los primeros años se trabajó en una casa lindante al posterior salón, el cual en el año 1980 fue refaccionado adecuándolo para satisfacer las necesidades. Ante la falta de refrigeración, los productos se elaboraban únicamente en invierno hasta que se llegó a instalar una cámara frigorífica.
Los productos elaborados dentro de la fábrica fueron muy variados, a pesar de la ausencia de grandes maquinas, algunos de ellos fueron los famosos chorizos de Peruzotti, morcillas criollas, queso de cerdo y jamón crudo.
La mercadería que se vendía a Puerto Madryn era enviada en colectivo de línea, más tarde Adela Peruzotti ocupo el rol de repartidora, haciéndolo en una Citroneta hacia las ciudades de Gaiman y Trelew. Esta tarea de reparto tuvo varios protagonistas de la familia, como Carlos Juárez (marido de Adela) ayudado en algunas oportunidades por su hermano Eduardo, y Walter Díaz (marido de Liliana) quienes fueron integrantes del emprendimiento familiar.
Hubo personas que encontraron una salida laboral dentro de la fábrica, podemos mencionar a Hortencia Beltrán, Elsa Alvear, Rosa Montiel y Teresa Vergara.