Sobre la central  nuclear en RIo Negro

Antes que nada debo decirle que mi oposición es a la instalación de nuevas centrales nucleares en todo nuestro suelo patrio.
Mi principal objeción es que aún el país, como muchísimos otros en el mundo, no tiene destino cierto y definitivo para los residuos de alta radiactividad que generan las centrales.
Parte de los residuos de alta actividad, pueden reciclarse para fabricar nuevos combustibles, pero queda un resto, también muy radiactivo, que debe conservarse. Los residuos que no se pueden reciclar se vitrifican o se vierten en una matriz de vidrio químicamente estable. Sin embargo, estas sustancias siguen estando activas, y su actividad genera calor de hasta 150 grados durante siglos, para un enfriamiento total, tras un período comprendido entre 10.000 y 100.000 años. Aunque nada puede garantizar que los radionucleidos no vayan a perforar la vitrificación.

Atucha I y II y Embalse, nuestras tres primeras centrales, están almacenando los combustibles gastados en las mismas centrales, y esto es lo que se prevé para la proyectada, y lo que sucede en casi todos los países.
Esto de conservar los residuos en la misma central, es sólo por un tiempo. Igual que la basura doméstica, que se mantiene en el hogar por un breve lapso, en algún momento hay que retirarla y llevarla a un basurero donde tratarla para su eliminación definitiva. Pero... la nuclear, ¿adónde? Si no sólo no existe un repositorio definitivo, sino que no se tiene ni idea dónde y cuándo podrá construirse.

Juan Vernieri
DNI. 6.877.982