Por un WhatsApp podrían aclarar un alevoso asesinato que hubo en Trelew hace 5 años

El caso esta impune porque la Policía nunca encontró a los responsables, pero ahora la investigación podría reactivarse a partir de la confesión que habría hecho por WhatsApp, un familiar de uno de los presuntos autores del cruel asesinato.
El feroz homicidio de Miguel Angel Carreras (46) data de la madrugada del 8 de julio de 2012. Aunque su cadáver mutilado y calcinado fue hallado al día siguiente, en un canal de desagüe situado en las inmediaciones de Oris de Roa y Centenario; dos caminos vecinales situados al sudoeste de Trelew, al comienzo de la zona rural cercana a la ciudad y a muy pocos metros de la casa en donde vivía la víctima y se dedicaba a juntar chatarra y desperdicios.
Ya desde ese entonces se comentaba lo que podría reafirmarse hoy como una principal hipótesis del homicidio; que Carreras había visto y escuchado algo relacionado al mundo del delito, lo denunció quizás a la Policía y los criminales se enteraron. 

Muy cerca de su domicilio -hoy convertido en ruinas- y del lugar en donde habían encontrado su cuerpo, los investigadores llevaron a cabo en aquel entonces, a los pocos días del asesinato, una serie de allanamientos que terminaron en la incautación de autopartes de vehículos robados y de un auto que decían podía estar vinculado al caso; pero al tiempo ese rodado fue devuelto a su propietario, después se supo que le habían cambiado las cuatro butacas y que de esa manera se había evaporado la posibilidad de hallar pruebas en el coche que podrían haber echado un poco de luz sobre la investigación.  
Siempre se sospechó entre las autoridades de la Comisaría que intervino en el asesinado que en ese vehículo pudieron haber trasladado a Carreras desde el lugar en el que lo mataron hasta el sitio en donde hallaron su cuerpo. 

Ahora dicen en la Fiscalía que al caso se lo dieron hace poco a la Brigada de Investigaciones para que se encarguen de la realización del trabajo de pesquisa, interceptaciones telefónicas y seguimiento de los eventuales imputados. De ellos ahora depende que la causa comience a moverse nuevamente y que el crimen sea esclarecido o no.
Carreras se afincaba en una parcela en donde juntaba chatarra para después venderla. Dicen que venían camiones hasta de Bahía Blanca a llevarse esos desperdicios y que la víctima cuando lograba acopiar una gran cantidad “ganaba bien”. Incluso, en un principio, se creía que el móvil de su muerte había sido ese, el del homicidio en ocasión de robo. 

Dentro de poco, en julio, se van a cumplir cinco años de la muerte violenta de este hombre y sus familiares esperan que los responsables paguen con cárcel lo que hicieron. No quieren que el caso se convierta en uno más de los que continúan en la sombra de la impunidad. Más aun sabiendo que los asesinos -que eran conocidos de la víctima- andan sueltos como si nada hubieran hecho.