«Maestro, enséñame el camino»

Maestros, que sienten el orgullo de recibir un día, en sus aulas, a párvulos analfabetos, y en pocos meses, mostrarles el camino del conocimiento. ¡Qué orgullo! cuando esos alumnos, en pocos meses pueden leer, escribir, aprender, soñar, creer, tener ilusiones, esperanzas, y abrir sus ojos para ver un mundo maravilloso.
Maestros, dedicados todo el tiempo, a mejorar el dictado de sus clases, motivar a sus alumnos; ser docentes, guía, ejemplo, tutores, orden, compromiso, enlaces, motivadores, y empuje permanente, en el aula, con los alumnos, con la escuela y con la comunidad escolar, en reuniones, actos, propuestas, participación. Compromiso.
Maestros, que viven las emociones de sus alumnos, siguen su crecimiento, se alegran de sus logros.
Maestros, que cuando un día cualquiera, escuchan un comentario agradable sobre «su maestra», de algún joven, profesional, hombre de bien, saben que, aunque se refieran a «ese otro maestro», sienten, muy bien, en sus silencios, en la montaña, en la costa o la meseta, la brisa leve que trae el murmullo de tantos alumnos suyos, que la recuerdan con emoción y mucho cariño.
Maestros, que, cuando a la vuelta de una esquina, se encuentran con un ex alumno suyo, de entre los miles que tuvo, y que, cuando ese joven, ya hombre, se acerca a saludarla y decirle ¡¡usted fue mi maestra!!, sienten que el placer de la gloria inunda su alma.
Aquellos muchos, que hacen de ese fuego sagrado de ser maestros, una entrega total de su corazón, nos muestran el mejor camino que la humanidad puede seguir, como es el del aprender, saber y enseñar, y por ese hermoso Universo nuevo que nos dan, es que los llevamos siempre en nuestro corazón. Feliz día Maestros. Un abrazo, Bebe Graci.
(Debiera decir, simplemente: Un alumno)

Lorenzo Graci
DNI. 4.282.284