El zonal del valle

Cuando venía llegando al Valle podía sentir el olor al pasto

por REDACCIÓN CHUBUT 13/09/2017 - 18.42.hs

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BEATRICE  LLOYD
Al llegar a la casa en la que vive con su hija Aída en la localidad de Dolavon; Beatrice terminaba de desayunar. Se podía sentir el aroma al té caliente, que acompañaba al pan con manteca y el dulce de citrón, probablemente para Beatrice, recuerdo de aquellos años en el Valle. 
Junto a su hija y sobrina Freda, quien la miraba con gran admiración y cariño comienza a contarnos…
Nací el 25 de Enero de 1921 en Bryn Crwn, cerca de la Capilla, mi papá era William John Lloyd y mi mamá Hanna Bowen, de los doce hermanos, nueve eran varones y tres mujeres,: Evan, Edward, Winifred, William, Dewi (fallecido cuando era niño), Aled, Cynwyn, Emrys, yo, Bertha Alfred y Harold. 

 

RECUERDOS INOLVIDABLES DE SU INFANCIA
Con una mirada lejana, instalada, en esos ojos azules Beatrice, comienza a contar esos hermosos recuerdos de su niñez,  reviviéndolos nostálgicamente, diciendo… “vivíamos en una casa  que tenía una galería grande también una quinta de frutales; y el comedor donde había un fogón, el que encendíamos al llegar de la escuela, y allí hacíamos los deberes.
 En el patio, había dos sauces grandes, que tenían una madera, de la que colgaban cucharones y espumaderas; porque en verano se cocinaba afuera. Recuerdo a mi mamá  con su delantal blanco. 
Yo ordeñaba las vacas y pasaba la leche por la desnatadora y ayudaba a mi mamá hacer la manteca, la poníamos en un pozo con agua bien fría. La llevábamos a Gaiman a vender en coche caballo. Teníamos los clientes, que decían “si no era la manteca de doña Hanna no la querían (se ríe)”. Para el invierno preparábamos los dulces. Después cortábamos la manzana y la poníamos a secar y en invierno como no había fruta la hervíamos para hacer tarta de manzana.
Papá criaba abejas y vendía miel, también trabajaba la chacra, y cuando cortaba el trigo junto a los peones, les llevábamos el té, pan, manteca, torta negra a los hombres que trabajaban.
Beatrice, nos comenta que para Navidad se hacían conciertos en la Capilla, teníamos un coro. Con mis amigas de la infancia Ethel y Awena Williams, y  mis primas Nancy, Arbet y Eifiona, íbamos  a la Capilla, y aprendíamos galés.
La congregación de la Capilla también iba a la playa, y cuando regresábamos, veníamos cantando; la gente de Trelew salía a escucharnos; el director era Tom Rowlands. Era otra vida, dice Beatrice con nostalgia. En verano me juntaba con Ethel, Awena, Edmund, las hijas de Santos, Ivan Owen, Tom Rowlands, Ivan Davies y Alfredo Michi y nos quedábamos arriba del puente cantábamos y jugábamos, hasta que las luces de Gaiman, las que podíamos ver desde allí se apagaban. 
Se vivía de otra manera, no había drogas como ahora, no había robos ni se mataba.
Recuerdo el almacén de Rafael Santos, cerca de lo de Ivan Owen, yo juagaba con sus hijas (Beatrice,  cuenta de una fuente y una tetera blanca que le regalaron las hijas de él,  Francisca y María para cuando se casó).
También que antes que comenzara a funcionar el tren, ellos iban a la playa en carro, cuando nos quedábamos, poníamos una lona y pasábamos la noche. Nos juntábamos dos familias, nosotros y  el primo de papá, Wed Thomas, que vivía en Rawson. Terminábamos de comer en la playa y nos íbamos a la casa del tío Wed.

 

SUS HERMANOS FUERON PROTAGONISTAS DEL USO DEL TREN
Mi hermano Eduardo  con el peón Bob, traían la lana de los puesteros de la cordillera en vagones y llevaba pasto. Se contaba del miedo que tenían al llegar a Piedra Parada, por los cuatreros que andaban en esa época. Demoraban tres meses en llegar a la cordillera. Cuando  él se casó continúo Aled, mi otro hermano. Los tres de los varones mayores, estudiaron en Gaiman. 
Evan y William trabajaron en el ferrocarril, William  vendía los boletos en la estación en Gaiman, después lo llevaron a Madryn; cuando nació Betty  (por Bertha),  él estaba en Punta Rieles. Yo viajaba en el tren cuando mi hermano estaba en Puerto Madryn.

 

LA ESCUELA PRIMARIA
Hice hasta cuarto grado y lo hice dos veces, con la maestra Petrona Bastan, quien venía en sulky a la escuela.  Mi hermano Ambrosio (Emrys)  y yo  íbamos en un petiso  que a veces se empacaba y nos dejaba  de a  pie (ríe).
El director era  el señor  Gatica,  pariente de la familia. En la escuela se hacían exposiciones de bordado y yo siempre ganaba. Me gustaba mucho bordar y tejer, me enseñó Mrs. Michí. Para las fechas patrias  íbamos a desfilar a  Rawson.

 

LA ADOLESCENCIA Y RECUERDOS 
Beatrice rememora sobre esas fiestas de Navidad y año nuevo, diciendo: “poníamos el mantel blanco en la costa del río ¡qué lindo eso!,  los hombres hacían el  asado al mediodía  y las mujeres preparaban el té; se ponía un poncho y arriba el mantel blanco, la farra terminaba a la noche en la casa de mi tío "Benji" Benjamín Bowen”. Me gustaba bailar pasodoble, ranchera. Para las fiestas patrias, 25 de Mayo y 9 de Julio, también se hacían grandes fiestas con bailes. Un día vino mi prima de Esquel,  Elvira Thomas y fuimos a Dolavon, donde pasábamos todo el día, se hacían juegos, había entretenimientos para toda la familia y después se armaban los bailes.

 

UNA VIDA JUNTOS 
Meirion Hefin Davies,  era amigo de mis hermanos  y de allí primero la amistad y luego el amor, terminó casándose conmigo. Habían formado un cuadro de fútbol en el que  jugaban  todos en la cancha de la chacra de Alex Heinrich Buch. También íbamos a los bailes en la chacra de Mulhall, me gustaba mucho bailar.
Con los años, me casé con Meirion en Dolavon el 10 de diciembre de 1943.  El nació en Dolavon en la chacra de Jenet Owen.

 

COMIENZO DE UNA NUEVA VIDA LEJOS DEL VALLE 
A la semana,  me fui a vivir a Comodoro Rivadavia, porque mi esposo trabajaba en YPF. En ese tiempo me gustaba más Comodoro, porque no tenía que hacer el trabajo que hacia cuando estaba en la chacra; no ordeñaba, no hacia manteca, no planchaba, no lavaba. Porque me quedé mucho tiempo haciendo todo sola, ayudaba a mi mamá que era asmática y mis hermanas estaban enfermas.
En Comodoro era ama de casa, pero no tenía tanto trabajo como en la chacra. Salíamos al centro a tomar el vermouth, nos juntábamos con gente que también era del Valle y habían ido a trabajar a Comodoro: Hugo Pugh y su señora, Alen Brunt y su esposo. Con el tiempo, con todos los galeses que habían ido a Comodoro se formó la Asociación San David, y con  ella,  el  coro en donde cantábamos con mi esposo, fuimos a Santa Cruz y otros lugares. 
Allí, mi marido también jugaba al fútbol, en Kilómetro 5. Mi íntima amiga en aquellos años era Megan Williams e Ivor Thomas, Prudence Griffiths, amigos del Valle. Con mi esposo durante las vacaciones, viajamos gratis en avión y tuvimos la oportunidad de conocer  todo el país. Pero siempre volvíamos  al Valle a ver a la familia, era el momento en que usábamos el coche caballo para visitarla. Beatrice dice…“cuando venía llegando al Valle podía sentir el olor al pasto”.
En Comodoro Rivadavia nacieron mis dos hijas Aída y Silvia, y actualmente tengo cuatro nietos, ocho bisnietos y un tataranieto; ¡yo ya soy tatarabuela! dice con mucho orgullo.
Andrea Carina Pugh.

 


 

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