Regionales

Poco tiempo le queda a Arcioni para revertir la pesada herencia recibida

Es posible que lo que a nuestro juicio fue un error, el no haber reemplazado a la mayoría de los funcionarios integrantes del gabinete y de muchas instituciones autárquicas, en el momento de hacerse cargo del gobierno del Chubut, Mariano Arcioni no tendría hoy los serios problemas que tiene en el orden interno.

Y especialmente en su prolongado divorcio con la Legislatura, que parece de difícil reconciliación. Se ha perdido un valioso tiempo. Y el vencimiento de su mandato está a la vista. Ahora ha efectuado algunos cargos y ha anunciado otros. Ni aquéllos ni éstos han despertado demasiado optimismo. Al contrario, no hay nada nuevo bajo el sol. Por la salud de la provincia, por el futuro político del escribano comodorense que no había ocultado su anhelo de continuar en la actividad en lo que sorpresivamente lo había embarcado el extinto mandatario Mario Das Neves, y también por el futuro del Chusoto -el partido oficialista creado y liderado por él-, se esperaba que los cambios de colaboradores tendrían mayor trascendencia, porque se suponía que en la elección estarían hombres y mujeres de mayor peso político. Sobre todo quienes cuenten con la capacidad y la experiencia que hoy mas que nunca se necesitan para revertir la grave situación que ha heredado. Herencia que sin beneficio de inventario recibió de Mario Das Neves, a quien el gobierno se le había ido de las manos, especialmente en los últimos meses de su estancia frente al mismo. No obstante, y esto es un deber destacarlo, el encomiable esfuerzo que hacía, dado su grave estado de salud, para encauzar la provincia por la misma senda que habían transitado sus anteriores gobiernos. A la comisión de errores propios que seguramente existieron, se le sumaban los efectos de una crisis económica nacional, en la que ninguna provincia está ausente.
Pero no se gana nada «llorando sobre la leche derramada». El tiempo apremia. Mariano Arcioni, más que ponerse el casco y el overol, debe empuñar el bastón de mando con energía y marcar la cancha sin vacilaciones. Estos no son tiempos para tibios ni timoratos. El mejor homenaje que el actual gobernador puede hacerle a Das Neves es terminar el gobierno que interrumpió su muerte,  entregando en el 2019 una provincia normalizada. Su fracaso arrastraría en la caída al Chusoto, sin duda alguna.
 

 

¿Querés recibir notificaciones de alertas?