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Macron piensa en nuevas medidas para aplacar la ola de protestas

El gobierno francés insinuó hoy estar preparado para hacer más concesiones al movimiento de protesta de los "chalecos amarillos", incluyendo una posible marcha atrás en una polémica decisión de bajar impuestos a los más ricos.

por REDACCIÓN CHUBUT 05/12/2018 - 11.44.hs

El presidente Emmanuel Macron corre contra reloj para tratar de poner fin a más de dos semanas de protestas, que el sábado pasado degeneraron en uno de los más graves estallidos de violencia callejera en el centro de París en décadas.
Las manifestaciones de los "chalecos amarillos" empezaron el 17 de noviembre en rechazo a un aumento de los combustibles, pero desde entonces escalaron a un desafío más amplio contra toda la agenda económica liberal de Macron.
Una de las reivindicaciones que más han repetido los manifestantes, oriundos mayormente de zonas rurales o pequeñas localidades del interior, es que Macron restablezca el impuesto sobre la fortuna (ISF) que el mandatario eliminó el año pasado.
"Si hay algo que no funciona, no somos sordos, lo cambiaremos", dijo hoy el vocero del gobierno, Benjamin Griveaux, a la radio RTL, y agregó que el impuesto sobre la fortuna inmobiliaria, en el que se convirtió el ISF, será revisado en 2019.
Macron, un ex banquero de inversión, fue abucheado anoche al visitar un edificio del interior de Francia que fue parcialmente incendiado en los disturbios del sábado, horas después de que un sondeo mostró que su índice de aprobación es de apenas el 23 %.
El líder francés, de 40 años, hizo de la eliminación del "impuesto a la fortuna" uno de sus caballitos de batalla durante la campaña para las elecciones de mayo de 2017, con el argumento de que desalentaba las contrataciones y ahuyentaba a los emprendedores.
Ayer, el primer ministro Édouard Philippe anunció la primera gran marcha atrás de la Presidencia de Macron, al suspender por seis meses el aumento de los impuestos al combustible que iban a empezar a regir desde el 1 de enero. 
Philippe habló de una "moratoria" del incremento de las tasas sobre el carburante mientras se abre un periodo de concertación, pero Griveaux reconoció hoy que "si no se encuentra una solución" se renunciará definitivamente a ese ascenso de tasas.
Por otro lado, dos sindicatos de camioneros, la Confederación General del Trabajo (CGT) y Fuerza Obrera (FO) han convocado una huelga a partir del domingo por la noche porque consideran que las cesiones del Ejecutivo son insuficientes.
También protestarán por una decisión del Consejo de Estado que modifica el nivel de primas por las horas extras.
La ministra de Transportes, Elisabeth Borne, reaccionó hoy a esa convocatoria en una entrevista radial en la que dijo que la actitud de esos dos sindicatos responde a "un malentendido" o a "un mal pretexto" porque la prima por las horas extras no se alterará.
El Ejecutivo se prepara también a convocatorias de nuevas manifestaciones el próximo sábado en París, con el riesgo de que degeneren en violencia.
Macron no se ha pronunciado públicamente sobre esta crisis, la mayor de su mandato, desde su vuelta el pasado domingo de la cumbre del G20 en Argentina y es el centro de las críticas de este movimiento de protesta con demandas de dimisión.
Un ambiente hostil que pudo comprobar ayer cuando al visitar la prefectura (delegación del Gobierno) de Puy en Velay, en el centro del país, que había sido atacada por "chalecos amarillos" el sábado, Macron fue abucheado por un grupo de manifestantes.
En medio de sus problemas internos, Macron tuvo que soportar también un comentario sobre las protestas en Francia de su "amigo" el presidente estadounidense, Donald Trump, quien dijo que los manifestantes franceses expresan su rechazo a la adhesión del mandatario francés al Acuerdo de París sobre cambio climático.
Trump no cree en el calentamiento global y retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París.

 

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