Puerto Madryn

Sin responder preguntas, declaró el taxista Donnini

Dante Donnini, acusado por el crimen de la estudiante Diana Rojas, declaró en la última jornada de testimoniales y argumentó que el ADN debajo de las uñas es porque quiso defenderla de un ataque de agresores. Mañana son los alegatos. Cuál es su versión de los hechos

por REDACCIÓN CHUBUT 15/02/2018 - 15.14.hs

El taxista Dante Donnini, detenido y acusado por el crimen de Diana Rojas cometido en mayo de 2016, declaró durante 40 minutos hoy jueves ante las juezas del Tribunal y, tras aclarar que no iba a responder preguntas, dijo que a la joven la secuestraron cuando iba a bordo de su taxi.

 

Es la tercera declaración de Donnini en la causa y la primera ante el Tribunal que lo juzga de homicidio agravado, intento de abuso sexual y femicidio, comenzó relatando que la noche anterior al hecho tuvo relaciones sexuales con una pasajera en el taxi. “Me hizo sexo oral y me higienicé con la rejilla. Ella se quedó en el Rayentray”, afirmó ante las juezas.

 

De acuerdo a las declaraciones del acusado, a la mañana siguiente, una vez que había levantado a la pasajera Diana Rojas, un hombre armado “le dijo que lo acompañe. Era una persona calva. Ella le decía que no. Se quiere correr y me agarra del brazo. Él le pega un tirón y yo lo digo “¿qué haces?” y forcejee con él. Se sube al taxi y me dice: “Vayamos a Solanas”.

 

Sin responder preguntas, Donnini dijo que el sujeto lo amenazó con un arma. “El tiempo no sé, una eternidad”, graficó.

 

También dijo que había más sujetos, “que andaban en una camioneta blanca”.

 

Finalmente, el taxista explicó que llegó a su domicilio, tras haber pasado por la estación de servicio a tomar una gaseosa Pepsi, y “me puse a jugar con el perro, como hago siempre”. “Le conté a mi mujer, me cagó a pedos (sic) y me dijo que por qué no hacía la denuncia. Le dije que no. Digan lo que digan siempre voy a proteger a mi familia”, indicó.

 

Luego sostuvo que cuando lo llamó la División de Investigaciones de la Policía para declarar, “me había prometido a mí mismo que no iba a decir lo que había pasado” para proteger a su familia. En esa oportunidad, había contado que las heridas habían sido provocadas sus perros caniches.

 

En su primera declaración, a horas del crimen, y declarando como testigo, el taxista había negado conocer a Diana Rojas. Tras ser detenido, tuvo una primera declaración ante la jueza donde reconoció que la había llevado en su taxi, pero que la dejó en Solanas. Ya en su tercera declaración, con varios de los resultados de las pruebas científicas, sostuvo que en realidad la intentaron secuestrar y que él intentó defenderla pero fue amenazado.

 

Respecto a su ADN, que estaba debajo de las uñas de Diana Rojas, dijo que fue porque intentó defender a la chica de una agresión de encapuchados. Y sobre el semen que había en el lugar, sostuvo que fue porque mantuvo relaciones sexuales a la noche con una desconocida, y que ese trapo lo sustrajeron los secuestradores y lo dejaron en el lugar.

 

ALEGATOS Y SENTENCIA

 

Tras la declaración de más de 70 testigos, mañana viernes a las 14 horas comenzarán los alegatos de los fiscales Daniel Báez y Jorge Bugueño, el querellante Carlos Villada y el defensor particular Martín Castro.

 

El tribunal, integrado por las juezas Patricia Asaro, Patricia Reyes y Marcela Pérez, dará a conocer su veredicto la próxima semana. Allí indicarán si Donnini es culpable o inocente y bajo qué delito. En caso de ser declarado culpable, se pedirán las penas. Pero un dato es que los delitos con los que acusan tanto la fiscalía como la querella tienen una única condena: prisión perpetua.

 

Diana Rojas fue asesinada de múltiples puñaladas y su cuerpo abandonado en un descampado cercano a la Ruta 1. Habría intentado defenderse de una agresión sexual, según los acusadores. La última vez que se la vió se había tomado un taxi, que conducía Donnini, quien fue detenido como sospechoso de ser el autor. Entre las pruebas, los estudios de ADN determinaron que había perfil genético del taxista debajo de las uñas de la estudiante, lo que sugiere que ella alcanzó a rasguñarlo en un intento de defensa.

 

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