Es de esperar que del Senado provincial no se hable más
No era ningún secreto que la situación económica de la Provincia cuando Das Neves asumía por tercera vez su gobierno, distaba mucho de ser la misma de sus primeros mandatos. Y muy especialmente del primero donde tuvo un generoso presupuesto.
Sin embargo, lejos estaba en sus planes achicar al Estado como las circunstancias ya aconsejaba, ante la evidencia que se acercaban tiempos en los que no se podía seguir «tirando manteca al techo», como se había hecho cuando nos dimos el lujo de tener en Francia una Casa del Chubut, que nunca se supo porqué y para qué. Aunque si se supo que le costó unos buenos pesos que salían de los nada débiles impuestos que pagaban los argentinos. Mas bien, el extinto mandatario pretendía agrandarlo, a cuyo efecto propulsaba la creación de la Cámara de Senadores provincial y el Juicio por Jurados. De haberse concretado cualquiera de esas iniciativas, es de imaginarse que el crecimiento del presupuesto iba a ser importante. Y, es de imaginarse también, lo que hubiera significado en estos momentos ese crecimiento presupuestario, cuando el actual no alcanza a cubrir ni siquiera los gastos en personal, que están cobrando sus haberes en cuotas. Cuando se anunciaron esos proyectos, expresamos nuestro desacuerdo interpretando, como siempre pretendemos hacerlo, el pensamiento de las mayorías que por distintos medios se mostraron adversos. En el primer caso, porque el sistema unicameral había funcionado bien, como funcionaban en otras provincias. Aunque no fueron pocas las voces a favor de una reducción en el número de legisladores. En cuanto al juicio por jurados, el principal argumento a que se apelaba para oponerse, era que en un clima de semejante inseguridad pública como la que impera en todo el territorio provincial, nada distinta a la que ocurre en todo el país, sería condenar a vivir permanentemente con miedo a sus integrantes ante las posibles venganzas de parte de parientes o amigos de los condenados. Garantizarle la mantención del secreto a los mismos, es de una puerilidad inconcebible en una sociedad como la nuestra donde los valores morales han sido desvirtuados.
Frente a esta dura realidad que en Chubut estamos viviendo, es de esperar que ambos proyectos tomen el camino hacia un archivo definitivo.
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