Carta del Lector

Comisario Mayor Néstor  Javier Chávez


Hemos tenido idas y venidas, peleas, llantos y abrazos. Pero gracias a la educación que recibimos pudimos perdonarnos, decirnos todo en vida y querernos con nuestros defectos y virtudes, decías «los Chávez somos muy orgullosos», pero por suerte siempre fue más fuerte la sangre.

por REDACCIÓN CHUBUT 11/04/2018 - 00.29.hs

Es cierto, no nos veíamos muy seguido, trabajábamos mucho, pero eso no influía en el cariño que nos sentíamos. Teníamos un grupo de whatsApp con el nombre de «hermanos» y así era más sencillo comunicarnos los cuatro. Y el punto de encuentro nunca dejó de ser la casa de papá.
Hacía mucho tiempo que no tocabas un cigarrillo y no tomabas ni una gota de alcohol, es más te tentábamos con una lata de cerveza y sólo aceptabas gaseosa, nos reíamos de tu cambio. Estabas decidido a estar mejor para tu retiro, qué ironía!
Pienso y pienso y aún no puedo entender lo que sucedió. El Viernes Santo mientras tomábamos mate conversamos sobre las marchas que se iban a realizar. Preocupado me dijiste que de los dos gremios había uno que iba a buscar disturbios, estaban buscando una víctima y me dijiste que si iba a la marcha me alejara de las vallas. Sin pensar que esa víctima ibas a ser vos. 
El enfrentamiento, los empujones, la agresividad recibida, el cansancio y las preocupaciones fueron el combo perfecto para tu corazón que no toleró toda la situación del momento. Y sí, estabas preparado para todo, corriste a la ayuda de tus compañeros que habían quedado acorralados por la barbarie de un grupo de gente que reclamaba con violencia, sin medir que ustedes estaban en la misma situación laboral que ellos.
Pienso que el Secretario de Seguridad tendría que haber dispuesto de otra manera el operativo, de eso no tengo dudas. 
Pero sabés hermano, la desidia ha hecho no pensar en el otro, en el trabajador, en la Policía que resguarda nuestra seguridad, tanto dinero malgastado y robado y nunca pudieron adquirir algo tan esencial como un desfibrilador para salvar vidas. Y por eso reflexiono: ¿interesa la vida del trabajador para nuestros gobernantes?
Me quedo pensando en ese abrazo del martes a la noche, debí abrazarte más fuerte y haberte dicho lo mucho que te quiero, pero como siempre, lo dejé para después y solo nos despedimos con un beso, un hasta luego, después nos vemos.
Será muy difícil para papá no tenerte los mediodías para el almuerzo o los sábados para un asadito al horno. ¿Quién le curará su pié ahora? Si sólo su hijo Néstor lo hacía bien como él quería. 
El dolor es inmenso, estoy totalmente rota pero sé que en este momento estás con mamá en algún lugar, en el cielo.
Orgullosa estoy de vos, fuiste una persona respetuosa con principios y valores, también fuiste amo de casa, tarea que no te fue sencilla, fuiste un gran amigo de tus compañeros y un gran Policía.
Solo sé que todo esto ha dejado a un padre, de 82 años, sin su hijo y a tres chicos sin su padre sostén de familia.
Nada devolverá tu vida, pero que no sea en vano lo sucedido, que realmente el Policía de esta bella provincia reciba la recomposición salarial que hace tantos años piden, pero claro, no pueden levantar la voz para protestar pero sí tienen que poner el cuerpo ante cualquier conflicto suscitado.
Quiero agradecer todo el cariño recibido por los vecinos del barrio Progreso (los que te vieron crecer), tus camaradas, compañeros de oficina, tus amigos los sacerdotes, el cariño de toda la gente que se acercó a darte el último adiós y a acompañar a tus hijos. Todos te despedimos con todos los honores, un orgullo para tus hijos.
Te voy a extrañar.
Natalia Marisol Chávez   
DNI 24.820.930
 

 

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