Regionales

Votar responsablemente

Falta poco para que los ciudadanos del Chubut sean convocados nuevamente para que en las urnas y mediante el voto secreto y obligatorio, elija a sus futuras autoridades.

Un acto de singular importancia, sin duda alguna, que en los últimos años no hemos cumplido con la responsabilidad requerida. Y así nos ha ido. Mientras el pueblo se empobrecía, los beneficiados con nuestros disciplicentes votos, se enriquecían. Y de que manera. Por lo menos la mayoría de ellos que hoy estan siendo procesados y otros, nerviosamente en la sala de espera. Las excepciones existieron, también hay que decirlo, pero escasas. Sería aburrido explicar nuevamente cómo el matrimonio santacruceño dejó al país, y cómo su versión patagónica dejó al Chubut, por que la realidad está al alcance de la vista hasta de quienes tienen una avanzada miopía.
El año que viene estaremos frente a una nueva campaña electoral. Una campaña electoral que todo hace suponer que será un calco de las anteriores donde la mediocridad volvió a ponerse de manifiesto no solamente por la baja calidad intelectual de la mayoría de los protagonistas, sino por el vacío contenido de sus discursos, en los que prevalecieron promesas de cumplimiento imposible, nada diferentes a los que ya habían escuchado quienes por primera vez votaban conforme a la Ley Sáenz Peña. Pero que siempre han sido gratos a los oídos de quienes quieren vivir sin transpirar demasiado. O a costa del esfuerzo de los que realmente trabajan.
 Será el 2019 el año en el que deberíamos echar una mirada al pasado y hacer un objetivo balance, despojados de los colores políticos, pensar porqué nos ha ido tan mal, cuando a países hermanos, con menores recursos naturales que en el nuestro, les ha ido bien. Seguramente que nos sentiríamos responsables, porque los gobernantes que hemos tenido no han nacido de un repollo, sino que nosotros los hemos elegido. Excepto, claro está, cuando fuimos reemplazados por la personal voluntad de ambiciosos militares.
 Será la hora de abandonar la indiferencia y votar con responsabilidad. Nunca el país ha estado frente a metas tan definidas, como lo está actualmente. Una, seguir estancados y la otra, buscar la ocupación en el mundo el lugar al que por diversas razones tenemos derecho. Que ésta nos demandará enormes sacrificios, no hay duda alguna. Pero, como ocurre en todos los órdenes de la vida, nada es perdurable cuando se consigue fácilmente.
 

 

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