Padre entregó a la Policía elementos robados por sus hijos y aclaró que «no los apaña»

Ayer, en horas de la tarde, hizo entrega a la Policía de herramientas de trabajo supuestamente robadas. A los efectivos que se hicieron presente ante su llamado, les pidió que los devolviera a sus propietarios.
Muñoz reconoció que hace muchos años él delinquía, hasta que se recuperó y comenzó trabajar en diversos oficios; hoy tiene un pequeño taller en pasaje Cruz del Sur y O’Higgins, en el límite entre el barrio Malvinas y Abel Amaya. A la vez tiene su domicilio a dos cuadras de allí, en barrio Menfa, y es en este lugar donde ha tenido los mayores inconvenientes con la Policía.
Ayer, luego de recibir a EL CHUBUT y mostrar las herramientas que no eran de él y que aparecieron en su taller por la mañana, contó cómo es vivir «con el problema de la delincuencia».

MIS HIJOS ROBAN
«Yo antes también robaba, tenía ese problema; hoy este problema lo tienen mis hijos, ellos roban. Yo hace mucho tiempo que he tratado de parar con todo esto, pero no hay forma de pararlo. La Policía donde me ve, me agrede. Y me sacan mis cosas, me detienen, muchas veces sin orden de allanamiento».
Según él, como no pudo demostrar procedencia de un televisor, un teléfono, una moto y 4 mil pesos de su propiedad, le fueron sustraidos en los múltiples allanamientos de los que se siente «víctima».
Dijo que él no protege a sus hijos, porque «son mayores de edad, están entre los 21 y 30 años. Mis hijos no viven conmigo. Pero a mí la misma Policía me ha dicho que me persiguen porque creen que yo soy parte de la banda de ellos, suponen que yo escondo las cosas, que yo los apaño».
Muñoz, como padre, dice que sus hijos no le hacen caso, qué «hablo con ellos pero no tengo eco, no me escuchan, no me hacen caso; no quieren salir de esta vida».
«Hoy yo llegué a mi taller y me encontré con estas cosas robadas. Vino uno de mis hijos a reclamarlas», señaló.
Por otra parte, «mis mismos vecinos me tratan mal, me han golpeado porque piensan que yo guardo lo que se roban mis hijos. O sea, mis hijos delinquen y mis vecinos se la agarran conmigo», dijo Muñoz, indicando que sus hijos «no entienden razones, les pregunto en qué va a terminar todo esto. Y se enojan, me tratan con prepotencia y yo no les tengo miedo, pero no quiero más esto».