El ex Gimnasia de Jujuy había ingresado en el inicio del segundo tiempo para auxiliar la actuación de un equipo que no la había pasado nada bien durante la primera mitad y con su afelpada pegada marco el gol que fracturó la monotonía del partido. Así, Madryn le terminó ganando 2-1 a Sol de Mayo de Viedma, sin mostrar su mejor glosa futbolística, pero dejando en claro que tiene superávit en calidad individual y eso, esta vez, le alcanzó para embalar la primera alegría en la nueva temporada del Federal A de fútbol.
El primer gol del Aurinegro lo anotó el debutante Fabio Giménez a los 20 minutos del primer tiempo, en la primera llegada al área rival que gestaba el equipo. Un rebote cedido por Austutti después de un cabezazo de Mc Coubrey le dejó la bocha servida y el volante facturó sin clemencia.
La respuesta llegó diez minutos más tarde por un subsidio del arquero de Madryn. Pablo Lencina no suele cometer errores, pero ayer no pudo detener un frágil cabezazo de Morales y la pelota se le escurrió de la mano permitiendo el gol del empate rival. La igualdad del primer tiempo, era lo más objetivo para el partido.
Para la reanudación, Luis Murúa acertó en la lectura del juego. Movió rápido las piezas y encontró la respuesta que le daría la victoria. La actuación colectiva mejoró levemente en relación al período inicial, el equipo ya no fue superado en la mitad de la cancha y lastimó justo a tiempo cuando estuvo cerca del arco de enfrente. El gol, un joyita. Prichoda recibió en la puerta del área un centro desde la izquierda, acomodó el cuerpo, miró la posición del arquero, apuntó y dirigió la pelota al lugar exacto que había elegido. Golazo al ángulo. 
Felicidad plena para los hinchas que fueron a la cancha. El equipo no jugó bien, es cierto, pero debutar ganando era lo que se buscaba y en ese aspecto, Madryn y Prichoda, no defraudaron.