Los recursos naturales y los bienes sociales

Los asirios con agua y arcilla concibieron los primeros diccionarios que se conocen y pertenecieron al rey Assurbanipal, y se encontraron en Nínive; se trata de unas tablillas de escritura cuneiforme que contienen lo más importante de la cultura mesopotámica y datan del siglo VII a.C. También con agua, arcilla y fuego confeccionaron tejas y ladrillos y realizaron magníficas obras hidráulicas para cultivar la tierra, esto para los defensores a ultranza de la minería (materia inorgánica) es el argumento fundamental de que sin ella hoy no existiría el progreso. Saltando varios siglos en la historia y «dándoles argumentos sólidos e inorgánicos» a los defensores a ultranza de la minería, les informo qué: «En el año 1.824, un albañil inglés, Joseph Aspdin, consiguió fabricar un material cementicio por trituración y calcinación de piedra caliza y arcilla el elemento calcáreo lo recogía de los caminos, triturado por los vehículos y lo mezclaba con arcilla molida. Esta mezcla la sometía a calcinación en hornos rudimentarios y así obtuvo el «clinker» que volvía a moler para obtener cemento en polvo. A este producto Aspdin le dio el nombre de «Cemento Portland», por tener la dureza y color semejantes a las «piedras» de las canteras de Portland en Inglaterra». Más tarde, la combinación con el acero (dándole fibra) produjo el hormigón armado.
Evidentemente para fabricar tejas, ladrillos y hormigón armado, se necesita agua y analizando los ecosistemas y naturaleza de cualquier «animal» incluyendo al humano conocemos que su composición contiene un 70% de agua, ergo no considerar el uso racional del agua es «ir contra la propia existencia del hombre».
La tierra se concibe como la parte superficial del planeta no ocupada por el mar y para el agricultor es el espacio factible de ser cultivado, para lo que se necesita agua. El agua se encuentra en la naturaleza en la superficie, bajo la misma o en el ambiente y sus estados son sólidos, líquidos y gaseosos y gracias a los ciclos hidrológicos disponemos por obra y gracia de la naturaleza de aguas dulces y potables, pero... la ignorancia del homo sapiens se empeña en dilapidarlas o contaminarlas.
Se califica al agua como un «recurso natural» cuando en realidad se debería considerar un «bien social», «denominación adoptada con rango constitucional en la República Oriental del Uruguay», solo así será factible morigerar la política mercantilista del primer mundo que dispone de recursos y tecnología para explotación minera aplicando la práctica de obtención de concentrados de minerales escasos por livixiado mediante empleo de agua, esto debe complementarse con colosales volúmenes de rocas trituradas al grado de finura de polvo. (SIC). Hoy nuevas tecnologías permiten utilizar otro bien social como lo es el aire en movimiento, que ese medio se emplea para generar energía eólica. 
Debemos replantearnos lo aprendido y tomar conciencia de que convivimos cual tripulantes en el planeta tierra, y en una porción de ella llamada Provincia del Chubut, donde elegí estar creo qué disponemos de recursos naturales, bienes sociales, ventajas comparativas y ciudadanos capacitados que debemos valorar criteriosamente nuestro capital.
1º) Defendiendo el recurso social agua, cuya escasez padecemos en esta zona.
2º) Preguntándonos ¿hacia dónde volarán los desechos y acopios de roca pulverizada.    ¿No les parece?

Heraldo Ruddy González