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Es probable que sean reñidas, pero que prevalecerán los agravios es seguro

De acuerdo a lo que en estos momentos se puede observar en el panorama político provincial, no se descarta la posibilidad de que las próximas elecciones legislativas sean más reñidas de lo que las que piensan en el oficialismo, donde el optimismo es realmente alto, pero de lo que sí se puede estar seguro es que todo hace suponer que también es muy alto el nivel de intolerancia que predominará en la campaña electoral, donde los recíprocos agravios personales estarán a la orden del día y no saben de límites ni de respeto a la vida íntima de los candidatos. Nunca, los habitantes de esta joven y convulsionada provincia, vivieron momentos semejantes.

Jamás, ni el más modesto aspirante a una concejalía municipal se animó a emplear el soez lenguaje que hoy se usa para calificar a un enemigo personal.
Realmente, el retroceso cultural ha tenido una celeridad alarmante y lo preocupante es que ese retroceso ha llegado para quedarse y ya no asombra a nadie. De aquella circunspección e hidalguía de los antiguos dirigentes políticos y funcionarios que sabían que eran referentes de un pueblo que los tenía como ejemplos y que era frecuente verlos compartir momentos de la vida cotidiana, luego de defender con vehemencia en un acto público sus convicciones políticas, sólo queda el recuerdo. Quienes han tenido la inquietud de conocer esa parte de la historia nacional o provincial, han descubierto en la Biblioteca del Congreso Nacional y de la Cámara de Diputados del Chubut, qué enorme abismo separa a aquella época, de la que estamos viviendo. La decadencia ha sido realmente estrepitosa.
 

 

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