Cristina y Kasanzew creen que somos amnésicos

Callarnos, sería darles la razón a Cristina Fernández de Kirchner y a Nicolás Kasanzew que parecen estar convencidos que en la República Argentina la mayoría de sus habitantes son amnésicos. No puede interpretarse de otra manera la audacia demostrada por ambos para ocultar ó tergiversar hechos muy recientes que, lógicamente, perduran en la memoria del pueblo.

La ex primera mandataria, por ejemplo, por sus expresiones y silencios, es evidente que supone que la ciudadanía ha olvidado que ella, con una versióncorregida y aumentada, fue una fiel y perseverante continuadora de la corrupción que su fallecido esposo instaló en el país ni bien se sentó en el sillón presidencial de la Casa Rosada. A la que llegaba, -dicho sea de paso-, con antecedentes pocos recomendables que en una Nación normal solamente hubiera sido votado por sus familiares. No todos, por supuesto. No obstante, fue votado por el pueblo.

De manera que alguna responsabilidad tiene ese pueblo. Que lo hizo con la esperanza de curar las heridas que a las instituciones de la República le habría producido el menemismo, es aceptable. Pero evidentemente se equivocó con la medicina. El remedio como suele ocurrir en muchos casos, fue peor que la enfermedad. Sólo produjo una especie de amnesia colectiva que les permite soñar con el regreso.

En cuánto al reaparecido periodista Kasanzew vino al Chubut para presentar el libro que escribió sobre la Guerra de Malvinas y brindó conferencias sobre el tema donde las tergiversaciones son abundantes y comprobables. De manera que con un simple vistazo al periodismo de esa época, comprobaríamos que él, junto con otro ya desaparecido periodista, fue vocero de los militares que en la isla encabezan esa trágica aventura pergeñada por un general devoto de Baco que detentaba el gobierno de la Nación y soñaba con perpetuarse en el Poder que había arrebatado al Pueblo.

Quienes ya tenemos muchos años sobre la espalda y que vivimos con angustia este trágico episodio, recordamos con cuánta expectación esperábamos todos los días los boletines oficiales sobre la marcha de ese conflicto que, en la enfática y emocionada voz del mencionado periodista nos inflaba el pecho, convencidos que íbamos ganando, cuando en realidad y para decirlo en términos futbolísticos, estábamos perdiendo por goleada. «Sólo publican memorias aquellas personas que ya han perdido totalmente la memoria». (Oscar Wilde). Y creen que el pueblo también, diríamos nosotros.