Regionales

Opinión sobre el riesgo de inundación en el Virch

Un grupo de vecinos de la zona de Puente Hendre, mantuvimos una reunión en esta semana con directivos del Instituto Provincial del Agua (IPA). Se pidió información sobre la real situación del río Chubut y en particular qué actividades se han preparado para evitar problemas a futuro.


La situación fue descripta por Gerardo Bulacios como de «alerta amarilla» y se puede resumir en dos partes: Por un lado el dique está con un nivel muy alto y se está tratando de bajarlo tanto como se pueda más. Esto se hace dejando pasar más agua. Pero, por otro lado, la descarga que se hace desde el dique no puede ser muy grande porque el río tiene una capacidad limitada que si se excede podría desbordarlo. 
La situación a la fecha es de un delicado y precario equilibrio y en buena medida se depende de que no ocurran lluvias que agraven el panorama.
Pero el tema no es solamente el hoy. A mi entender debemos estar preparados para los próximos dos o tres meses, cuando el deshielo de primavera aumente la cota (nivel) del dique.
Creo que en este punto reside el mayor riesgo. Sin dudas, toda la provincia está «saturada» de agua o nieve. Esa agua o nieve terminará -en un porcentaje muy alto- confluyendo en la cuenca del río Chubut (recordemos que el río comienza en el límite con Río Negro y tiene un recorrido de más de 800 kilómetros hasta desembocar en Bahía Engaño/Puerto Rawson). 
Y aquí llegamos a la pregunta del millón: ¿Existe riesgo de una inundación este año?
En mi opinión, la probabilidad es alta. Esto no es futurología. La hidráulica es una ciencia que se basa en la mayor cantidad posible de hechos objetivos y los hechos objetivos más importantes son:

 

*El dique está en un nivel muy alto y con poca capacidad de recibir nuevos aportes, sea por lluvias o deshielo.

 

*El río Chubut tienen poca capacidad de «transportar» agua porque el cauce -por diferentes razones- se ha ido «achicando» y si se aumenta la cantidad de agua que se manda desde el dique, se producirían desbordes. 

 

*El deshielo seguramente será mayor que en otros años y por lo tanto la cantidad de agua que entre al dique también lo será. Esto dependerá de distintos factores, pero todos de orden climático y por lo tanto fuera de la capacidad humana de controlarlos.

 

¿Qué se puede hacer?
Evidentemente hay que estar preparados en cada caso. Tener en cuenta que existe la posibilidad de una inundación. Esto no es alarmismo. Es comprender que no hay magia posible para resolver este problema. Sólo un manejo prudente y pensado ayudará a minimizar el daño posible. 
Por empezar es necesario conocer el estado de los puntos peligrosos en la costa del río. Esto sin duda, es responsabilidad del Estado, sea municipal, provincial e incluso nacional. Habrá que evaluar en estos escasos días que quedan (¿2 meses?) que acciones realizar y llevarlas a cabo con responsabilidad y prontitud.
Pero además hay una responsabilidad de los vecinos. Deben colaborar para que estas tareas puedan realizarse adecuadamente y esto aplica en particular para los que están sobre la ribera del río.
Es muy importante que haya una información seria y con un responsable identificable. Se deberá comunicar las acciones que se realicen. Así, como el Servicio Meteorológico Nacional realiza alertas sobre vientos fuertes o cualquier evento climático o la Cooperativa Eléctrica informa con tiempo que realizará un corte de energía en determinado sector en una fecha determinada, el organismo que coordine las tareas (¿el IPA?), deberá informar adecuadamente en cada caso las tareas que realizarán. La información bien manejada es una ayuda para estos trabajos. La falta de información genera rumores, malentendidos y resistencia que sólo dificultan las tareas. Por supuesto que los medios de comunicación tienen un rol clave en esta situación.
En lo individual, cada casa debería preparar un pequeño plan de «emergencia». ¿Qué ocurre cuando hay una inundación?: suele cortarse la luz, hay falta de agua potable, puede haber desabastecimiento de productos básicos, etc.  Cada uno debe preguntarse: ¿Qué puedo hacer para que el daño sea mínimo? ¿Puedo hacer una barrera con bolsas de arena para frenar la entrada de agua a la casa? ¿Será necesario proteger muebles y artefactos, levantándolos del piso? ¿El sistema eléctrico de la casa es seguro? ¿O conviene que directamente corte la luz para evitar riesgos? ¿Hay personas (mayores o chicos) que tengan problemas en caso de una emergencia? Estas son simples preguntas que seguramente no cubren todas las posibilidades. Por supuesto que las recomendaciones deben provenir de los organismos responsables, por ejemplo de Defensa Civil que seguramente conoce qué hacer ante este tipo de crisis.
Como se ve, hay muchas cosas que se pueden hacer antes. Esto disminuirá sin ninguna duda, el mal rato que se pueda pasar. 
Y si no ocurre nada, tomémoslo como un ejercicio práctico que nos sirva para darnos cuenta que podemos minimizar los daños ante un evento similar.

 

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