El garrote como argumento de persuasión
Evidentemente, la violencia vivida en el país desde el gobierno de Isabel Martínez de Perón, en el que tuvo un deleznable protagonismo el funesto López Rega, y que fue acrecentada durante los gobiernos militares en el enfrentamiento con la subversión, aún no ha sido desterrada del territorio nacional y con frecuencia, con demasiada frecuencia, aparecen devotos del garrote como instrumento de persuasión para convencer a quienes piensan distinto o proponen otras formas de solucionar los problemas en discusión.
Un dirigente gremial, no de aquella olvidable época, sino de ésta, en la que estamos en una democracia que si bien no es la que soñábamos aquel 30 de octubre de 1983, debemos defenderla a ultranza, ha sostenido, con una repudiable irresponsabilidad que seguramente avergonzará a sus propios representados, que sí los empresarios especulan y no respetan los convenios colectivos de trabajo, «les vamos a dar garrote».
Quién se ha expresado en términos tan comunes en las mafias, ha sido nada menos que el secretario general de la CGT local que, además y esto es lo sorprendente, tiene un importante cargo en el gobierno de Das Neves, -según ha trascendido-, no causó ninguna gracia su amenaza. Esa circunstancia ha aportado lo suyo para que se generalizara la indignación por el exabrupto, y se ha puesto en duda si también apelará al garrote para «convencer» a muchos jefes comunales y al gobierno mismo donde, no pocos de sus organismos descentralizados tienen los mismos problemas que tienen la mayoría de los empresarios para abonar en tiempo y forma los salarios a su personal.
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