Regionales

Sin el desarrollo del campo y la industria siempre habrá pobreza

De acuerdo a lo observado hasta el momento, es evidente que Sergio Massa como eje de su campaña electoral ha elegido a Mauricio Macri y Cristina. Al primero, por considerar que lidera un gobierno impopular, de ricos para los ricos, y a la ex primera mandataria por ser responsable de haber instalado en la República una corrupción como jamás existió.

En cuanto a esto, parece olvidarse que él fue un fiel colaborador de ella, como lo fue antes con su extinto esposo. El apoyo a ambos, no pocos lo consideraba como rayano con la obsecuencia más humillante que, incluso, generaba rispideces entre otros integrantes del gobierno donde, en ese aspecto, «no había un manso para acollarar a un arisco», como diría un paisano. Cantaban en coro el «sí señora» en las reuniones de gabinete, como anteriormente el «sí Néstor». Hasta entonces no ocultaba su orgullo de integrar gobiernos que consideraba como los mejores que había tenido la Argentina. Pero ni bien fue echado de la Casa Rosada, descubría que el matrimonio santacruceño era responsable hasta de la muerte de Gardel. «Los hombres no solamente suelen olvidar los beneficios recibidos, sino que llegan a odiar a los que se lo hicieron» (Francois De La Rochefoucald).
En cuanto a que el ingeniero oriundo de Tandil, prioriza la atención en el desarrollo del campo y de la industria, en consonancia con las perspectivas que significa la apertura al mundo, sería bueno preguntarle al oportunista Massa y a quienes piensan como él, sino es con un campo, racional e intensivamente explotado, y con una industria integral, con capacidad para la elaboración de las materias primas que hoy se exportan, que otra manera hay de acabar con la desocupación en el país. Desocupación que en la «época ganada», se ocultaba con un asistencialismo social humillante y esclavizante que, lejos de terminar con ese flagelo, lo consolidaba.
En lo que se refiere a que existe descontento en muchos sectores de la sociedad, tiene razón. Quizás, sin el exceso de suficiencia con lo que se llegó a la Casa Rosada, prescindiendo del aporte gente capacitada y experimentada, se hubiera podido, por lo menos, atenuar los efectos de las bruscas medidas que tanto afectan a la clase media y especialmente a los trabajadores. Pero lo cierto es, mirando sin anteojeras la situación en la que está inmerso el país desde hace demasiadas décadas, el borrar y cuenta nueva era necesario. Sea Macri o Montoto Flores quien lo haga, el cambio es necesario si realmente queremos tener un país grande y no un país grandote.

 

¿Querés recibir notificaciones de alertas?