Una comparación que no resiste el menor análisis

En estos días -por ejemplo-, cuando el proyectado endeudamiento nacional por cien años es el tema que se discute en las más altas esferas de la política argentina, y que el gobierno de la República considera imprescindible para que el país ocupe en el mundo el sitial de privilegio que desde tiempos inmemoriales se le viene augurando, en nuestra provincia su gobierno gestionaba la autorización de la Legislatura para endeudarse por treinta y dos mil dólares para pagar sueldos estatales. Pero, como en aquel caso, los diputados que responden al movimiento popular que instaló a Mauricio Macri en la Casa Rosada han mostrado su acuerdo con ese centenario endeudamiento y no con el propuesto por Das Neves, por considerarlo prohibido por la Constitución chubutense. Los funcionarios de su gobierno, casi en coro, han salido a señalar lo que ellos consideran una elocuente contradicción y, por ende, repiten aquello tan remanido de poner palos en la rueda.
Sin embargo, se trata de un error garrafal que bien puede atribuirse a una supina ignorancia o simplemente mala fe. Son dos cosas total y absolutamente distintas, cuyas comparaciones no resisten el menor análisis. Que la primera es materia de encendidas discusiones, es de una comprensible legitimidad por el impacto que en la sociedad ha despertado, pero quienes somos legos en la materia, deberíamos abstenernos de opinar.