Regionales

El radicalismo que Chubut quiere

Luego de varios años -precisamente desde el 2003- en los que el radicalismo chubutense parecía abonado a la ocupación de los últimos puestos en los resultados electorales, el doctor Gustavo Menna dio la sorpresa en los comicios del domingo último cuando se elegían los candidatos que en octubre irán por los votos en procura de ocupar una banca en la Cámara de Diputados de la Nación.

Cuando todo hacía suponer que en el dasnevismo no contarían sino que pesarían los votos de ventaja que sacaría su candidato, el escribano Mariano Arcioni, de acuerdo a lo que aseguraban muchos de sus dirigentes. Pero, como dicen en el campo, «nunca hay que contar los lechones antes que la chancha termine de parir». La realidad les dio un sonoro cachetazo. «Más reinos derribó la soberbia que la espada; más príncipes se perdieron por sí mismos que por otros» (Diego de Saavedra Fajardo, escritor y político español).
En el caso de ese sorpresivo resultado que les devolvió el optimismo a viejos y jóvenes seguidores del partido yrigoyenista, cuyo último líder fue ese gigante de la Democracia, el doctor Ricardo Alfonsín, a quien esperamos que de ahora en adelante se lo imite tanto como se lo recuerda en vísperas electorales, pueden sacarse varias conclusiones. Entre ellas, que las raíces de la UCR no están secas. Y seguramente que también esta provincia quiere el cambio que propone «Cambiemos», el pluralista movimiento político que lidera el Presidente de la República. Se ha convencido de que es la única forma que el país abandone definitivamente la decadencia en que se encuentra. Puede preocupar el ritmo de la marcha y el sufrimiento que conlleva su tránsito, pero el camino elegido por Mauricio Macri es el correcto. Buena parte del país lo ha demostrado en las elecciones del domingo.
En cuanto al centenario partido yrigoyenista, todo indica que entrará en una etapa de firme decisión para recuperar el protagonismo que hasta el año indicado en el comienzo de esta nota tenía en la provincia, donde su decadencia estaba a la vista por la errónea conducción que tuvo desde entonces. Lo habían convertido en un coto privado donde todo se resolvía con acuerdos de unos pocos. Hoy soplan nuevos aires y en sus filas hay dirigentes capaces de reflotarlo. Entre ellos, Menna y los intendentes municipales de Rada Tilly y Esquel, Luis Juncos y Sergio Ongarato.
 

 

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