Regionales

Preocupa en el dasnevismo el optimismo de Linares

El dasnevismo, como también le ocurrió al cristinismo, cometió el pecado de no escuchar a quienes tenían que escuchar sino a quienes han hecho de la sumisión y la obsecuencia, los métodos idóneos para mantenerse en el poder o disfrutar de sus beneficios. Los que siempre llevan buenas noticias.

La cuestión es verlo siempre sonreír al destinatario. No con gestos adustos. Pero, como decía George Chapman, poeta y dramaturgo inglés: «Los aduladores tienen apariencia de amigos, como los lobos tienen la apariencia de perros». 
En la provincia, las cosas no están bien. Como tampoco lo están en el país. En lo que atañe a Chubut no toda la culpa es de Das Neves, de cuya preocupación por llevar el progreso a todo su territorio, las pruebas son contundentes, y el hecho de haber sido tres veces elegido su gobernador, nos exime de mayores referencias. En ese estado de crisis nacional, Chubut no podría ser la excepción. Pero muchos problemas menores que estaban en manos de sus colaboradores se fueron multiplicando y generó ese malestar popular que se reflejó en las urnas. En cuanto a que no todos los que alegremente se habían sumado al movimiento político creado por el mandatario, transpiraron la camiseta como habían prometido para estas elecciones, es cierto. Lo reconoció públicamente el diputado provincial oficialista Jerónimo García, y quienes se sintieron aludidos, lo maltrataron sin piedad alguna.
Lo cierto es que el oficialismo no tenía ni la más remota idea de que el resultado iba a ser un severo llamado de atención. Y la amenaza de que si no lo interpreta y logra la reversión en los meses que faltan para las elecciones de octubre, la sorpresa puede ser mayor. La preocupación y desconcierto que hay hoy en sus filas, contrasta con el optimismo de Linares, el intendente de Comodoro Rivadavia. Y ese optimismo, con bases ciertas, les quita el sueño.

 

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