Anselmo Montes y la danza del millón
Seguramente, convencido de que la mejor forma de predicar es con el ejemplo, algo -dicho sea de paso- tan poco común en la política criolla de estos tiempos donde, como diría el paisano «el único que se rasca para afuera es el perro», y no abundan gestos generosos, prevaleciendo el egoísmo, la soberbia y el afán de lucro, el ex diputado provincial del Partido Socialista Auténtico -parece que también hay simuladores- Anselmo Montes, no descansa en su lucha para que ese millón de pesos que le habían asignado como gastos de bloque, llegue al Hospital Zonal de esta ciudad, al que lo había donado.
A cuyo efecto había autorizado para que lo concretara a quien en ese momento ejercía la presidencia del mismo, su colega Argentina Noemí Martínez. Pero nunca se hizo. Las versiones por las cuales no se hizo son varias. Algunas poco convincentes y las responsabilidades se reparten entre varios protagonistas. Lo cierto es que como dice el recordado Argentino Luna en una de sus más populares canciones, «todos son buenos paisanos pero el poncho no aparece».
Ahora, el perseverante diputado mandato cumplido, está firmemente decidido a terminar con el misterio y que su donación llegue al destino señalado. Lo suyo ha sido una actitud altruista, nada frecuente en estos tiempos de dominio del más crudo materialismo, y ha tenido escasa trascendencia. Como tampoco se vio reflejado en las urnas en las recientes elecciones, en las que el donante no tuvo el acompañamiento de sectores de claras afinidades ideológicas contenidas en el tradicional partido que en décadas pasadas tuvo como líder indiscutido a Alfredo L. Palacios.
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