Las diferencias internas desaparecen cuando los candidatos fueron elegidos

Y esto ocurre en el peronismo y en el radicalismo. En el primero, desde la desaparición de Perón, y en el fundado por Yrigoyen, prácticamente desde que Alfonsín dejó el gobierno de la Nación.
La indisciplina partidaria parece haber llegado para quedarse en ambos casos y las diferencias internas que son naturales y legítimas, lejos de terminar con la elección de los candidatos que los representarán en las elecciones generales, parecen profundizarse, y quienes asumen tan antidemocrática actitud no disimulan su anhelo de que el resultado de las urnas les sea adverso. 
El hecho de que el postulante represente a otro sector, consideran que los exime de la obligación de colaborar para su consagración, cuando en realidad, más que el futuro de un candidato, está el futuro del movimiento popular al que han adherido convencidos de que en él encontraron el ámbito idóneo para expresar sus inquietudes cívicas.
Si bien es cierto que esto también ocurre en el peronismo, como en los partidos menores, el caso de la Unión Cívica Radical es un tema que no falta en los círculos politizados de la provincia, pero especialmente en Trelew. Ocurre que desde el 2003 no tiene un candidato con el consenso y la aceptación popular de Gustavo Menna, que irá por la diputación nacional en los comicios de octubre. Sin embargo, hay un grupo, un pequeño grupo de correligionarios suyos, que por pertenecer a un olvidable pasado del partido que había caído en un pozo del que ahora parece salir, inexplicablemente le retacean apoyo y parecen decididos a no participar en la campaña electoral. Lo más llamativo del caso, es que entre los remisos figuran muchos que ocuparon importantes cargos en su conducción, e incluso algunos que actualmente en su representación están en funciones.