Regionales

La buena inversión del dinero de los argentinos

Horacio Verbitsky en su libro «Robo para la Corona» (Los frutos prohibidos del árbol de la corrupción) Ed. 1992, sostenía, de una manera enfática, lo siguiente: «en la Argentina de hoy, las instancias superiores de la pirámide burocrática no solo tienen responsabilidad formal por los actos de sus subordinados, sino que, además, los propios delitos serían irrealizables sin su expresa protección y encubrimiento».

Esta afirmación, que podríamos tranquilamente trasladarla al presente, y compartir el pensamiento, tiene, por la exteriorización de los hechos observables, una contundente vigencia. No sé si el autor de esa frase sigue afirmando lo mismo, pero lo cierto es que de la corrupción no solamente hay que hablar sino que ha llegado el momento de actuar. Como actuaron en su momento aquellos que desde el poder no se preocuparon de burlarse de todos nosotros, sin importarles nada más que su extremado deseo de poder y de dinero. Y hablando de éste último es interesante destacar como se han invertido los dineros de los argentinos en negocios sumamente rentables; hoy o en el futuro cercano. Me estoy refiriendo expresamente a las inversiones realizadas por un empresario, Cristóbal López, que bajo el manto del poder y sin que nadie le reclamara los dineros retenidos que tenían que ser entregados al fisco, le permitía realizar importantes inversiones para su provecho.

 

Por supuesto con dinero ajeno, el de todos nosotros. Si observáramos con detenimiento algunas actividades que se han desarrollado en nuestra provincia podríamos sostener que muchas tienen que ver con la corrupción de funcionarios pero también de empresarios socios, de una u otra forma, con el poder o ayudados por éste. 

 


En un rincón de nuestra provincia se encuentra la localidad de Aldea Beleiro, que tiene una riqueza actual y potencial ganadera extraordinaria. Sería un paso obligado si se continuara con el proyecto de la ruta que nos comunicara con el Pacífico para la utilización del puerto chileno Chacabuco y se efectuaran los convenios internacionales para una salida a los mercados asiáticos. De más está decir, firmados los convenios con China que nos permitirán la exportación de carne, que Chubut puede convertirse en un polo exportador de valor que compita en calidad con otros oferentes. Pues bien, si miramos el pasado y descubrimos la etimología del nombre, hoy Aldea Beleiro, debería llamarse Aldea Cristóbal López y asociados o Aldea De Souza a secas, teniendo en cuenta la cantidad de hectáreas que fueron adquiridas por estos dos señores que, evidentemente, tenían una gran visión de futuro. Los propios pobladores se encuentran asombrados por estas adquisiciones, de las que no reniegan porque permiten la utilización de mano de obra local, pero que descubren ha sido el buen escondite en situaciones sospechosas teniendo en cuenta las noticias que les entrega la televisión.

 


Si bien es cierto que Chubut necesita recomponer sus majadas y su stock de cabezas de ganado, en un plan que debe ser realizado a largo plazo, dada la existencia de pobladores del interior viviendo con 150 o 200 ovejas como en la zona de Paso de Indios, en la actualidad no puede permitirse el lujo de dejar en el olvido obras en lugares estratégicos. No obstante corresponde analizar el origen de las inversiones, en la cuenca del Genoa, por ejemplo, no puede ignorarse la existencia de un frigorífico sin utilizar, también de propiedad de Cristóbal López, para depender solamente de la actividad de los mataderos municipales, caso de Río Pico, lo que minimiza notablemente sus actividades. Es necesario repensar la Provincia, es necesario poner en valor sus riquezas y es necesario nutrirla de energía barata para que se generen las inversiones de los argentinos honestos y trabajadores que los hay en gran número. Creer que la salvación está en las regalías por los vientos es no prestar atención al futuro. Confundir el origen de los recursos, caso del petróleo o de la minería, con el viento, para la instalación de la energía eólica, es no entender donde están las obras prioritarias que nos harían una provincia mucho más provechosa para la gente.

 


Para las obras fundamentales necesitamos energía y esa debe ser la base de toda negociación. Chubut debe quedarse con energía de costo cero para generar en corto tiempo un salto de calidad. Salto de calidad que deberá estar precedido por un estudio integral del territorio y, con las estadísticas en la mano, proyectar una política que supere las oscilaciones de intereses personalizados.
 

 

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