Regionales

Superando límites

 En realidad este slogan institucional que vemos y escuchamos en muchos lados, nos lleva a preguntarnos a qué se refiere. ¿Será a la indefinición de un proyecto de Estado después de tantos años de gobierno? ¿O a qué se referirá?


  Quizás sea al despropósito de incorporar tantos empleados públicos a los que hoy no se puede pagar, o de haber atomizado el Estado con una cantidad inusual de ministerios, secretarías y otros órganos, los que indudablemente ven restringido su accionar ante la falta de fondos (hace unos años solo había tres ministerios y no por eso el gobierno no funcionaba). Hoy existen tal cantidad de oficinas públicas que ocupan casi medio Rawson, y donde dicen de los empleados «No tenemos trabajo», o del comentario popular de empleados a los que instalaron en una oficina con una mesa y cuatro sillas, solamente para calentarlas, porque no tienen directivas sobre qué tareas deben cumplir.
  Quizás se refiera a la falta de planificación para desarrollar una provincia rica en recursos naturales y prever de este modo la incorporación al mercado laboral de nuevas generaciones. 
Quizás si se hubiera tenido la inteligencia de crear grupos de profesionales que se dedicaran a esto, hoy el panorama sería distinto o se referirá al manejo inadecuado de proyectos que le significaron al Estado miles de dólares de pérdida.
  Quizás se refiera a la actuación de los «jóvenes brillantes» que se alzaron con fondos que según la investigación en proceso, no podrían justificarse como bien habidos y que comprometen a muchas personas dentro de ese circuito. ¿Cómo ocurrió esto? Fallaron los órganismos de contralor.
  Quizás se refiera a la falta de previsión para desarrollar programas educativos, sanitarios, de seguridad, de infraestructura y otras «yerbas», y otros problemas que hoy nos aquejan.       
  Quizás se refiera a falta de un diálogo fluido con otros entes del gobierno que pueden y deben aportar su experiencia (si es que la hay) para ayudar a gobernar.
  Quizás se refiera a cómo se invirtieron enormes fondos para las campañas electorales y se pregunten de dónde salió el dinero.
Quizás se refiera a la demagogia de pensar que todo estaba bien y que con construir algunas casas se solucionaba el problema.
  Quizás se piense que la mayoría de la gente (aún aquéllos que los votaron)  «comen vidrio» y aquí no pasa nada. En fin, hay tantos quizás, que solamente nos queda preguntarnos, o tal vez damos cuenta de que el superar límites está bien aplicado, ya que se han superado todos los límites de desaciertos y de corrupción. Que Dios nos ayude. Porque de otra manera va a ser bastante difícil salir adelante.

 

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