Regionales

Idiotas, las ideas no se matan

En la construcción de los grandes edificios, ante los cuales muchas veces nos detenemos para admirar su belleza arquitectónica, se emplea toda clase de materiales.

Incluida la bosta que -dicho sea de paso-, nunca tuvo buena prensa. Pero es necesaria. Todo ese disímil material rápidamente queda oculto con el mármol de carrara que se pone a su frente. Algo semejante ocurre con la constitución de la Democracia. En ella participan seres humanos de distintas posiciones sociales, culturales y económicas, unidos por ideales coincidentes. Pero las virtudes y los méritos personales de sus integrantes, son los que se tienen en cuenta en el momento de elegir a sus conductores. Y esto siempre ha sido así porque prevalece el anhelo de una representación de la que se puede estar orgulloso.
No obstante, como generalmente ocurre en todos los órdenes de la vida, existen las excepciones. Y esto acaba de ponerse de manifiesto en la entidad sindical que representa a los empleados de la Legislatura provincial, donde su secretario general, un tal Angel Sierra, quien evidentemente tiene un peculiar concepto de las bondades del mejor sistema de gobierno que rige en los países civilizados, en una repudiable actitud que considerábamos incluida en el nunca más del 1983, ha amenazado a un periodista local, seguramente molesto por alguna nota que afectaría sus privilegios, que no son pocos.
En este caso, el mármol de carrara ha sido escaso. No alcanzó para ocultar la bosta.

 

¿Querés recibir notificaciones de alertas?