La ley de extinción de dominio ahora es de urgente necesidad
Desde hace más de dos años duerme en la Cámara de Senadores de la Nación el proyecto de ley de extinción de dominio, que establece que el Estado puede apropiarse y disponer de los bienes y activos provenientes de actos ilícitos sin que para ello sea necesaria una condena firme.
El proyecto que ya fue aprobado en Diputados por ciento treinta y cinco votos, cincuenta en contra y con la abstención de Carlos Heller y dos representantes de San Luis -que pertenece a Graciela Camaño- se mantiene cajoneado por el kirchnerismo, se refiere también a los bienes ubicados fuera del país, no fija plazo de prescripción para la extinción del dominio y, recuperados podrán ser destinados a las áreas de salud, educación, trabajo, vivienda y lucha contra el narcotráfico.
Su vigencia en estos momentos sería de vital importancia para disponer de los bienes mal habidos por los ex funcionarios de los gobiernos dasnevistas que actualmente están procesados y a los que se les ha descubierto cuantiosos y valiosos bienes como participantes de una asociación ilícita. Eufemismo de una banda mafiosa vulgar y silvestre, que ha conmocionado a la provincia robándose todo lo que encontraban a su paso, dejándola en una profunda crisis de difícil reversión, como el kirchnerismo ha dejado al país.
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