Adrián Maderna, el dueño de la pelota

Sabe que esas visitas no serían de cortesía sino en procura de conseguir su apoyo, que bien podría ser integrando la fórmula ó aportando su caudal electoral que, como está probado, puede ser decisión cuando las urnas se pronuncien. El activo y verborrágico Intendente Municipal de Trelew, es entre sus colegas de la Provincia, seguramente quién más votos tenga. Lo ha demostrado con creces en cuanta oportunidad intervino desde que llegó al municipio, dejando «en el pagaría», como diría un burrero, a Máximo Pérez Catán, que con el apoyo del oficialismo buscaba su reelección. De definida tendencia justicialista, nunca estuvo atado a ella y su independencia siempre fue manejada con el equilibrio necesario para que no se dudara de su pertenencia al movimiento popular liderado por Perón. Si nos remontamos a sus comienzos de su meteórica carrera política y se la analiza objetivamente, no es erróneo calificarlo como el mejor alumno del extinto mandatario Mario Das Neves y un ejemplo que la política se hace desde la calle y no en ámbitos cerrados. Como él, con admirable perseverancia, recorría todos los barrios de la ciudad, especialmente donde generalmente lo único que abundaba eran las carencias, y así logró que una muchedumbre fiel y seguidora, se convierta en su capital político, del que ahora, quieren participar quienes sueñan con la ocupación de la Casa de Gobierno. Ha sido hijo de su propio esfuerzo, y ese mérito actualmente lo hace valer. Creció sin padrinos y el llano fue su cuna.