Regionales

¿Más diputados?

  La noticia nos asombra. Un inconsciente solicitó y parece que así se ha considerado (de acuerdo a la crónica), que se agreguen más diputados a los ya existentes.

¿Será verdad? Estos cuerpos colegiados han evolucionado a través del tiempo y logran producir un importante déficit presupuestario, no dando respuesta a lo que la ciudadanía pretende de ellos. La Constitución determina su funcionamiento para que supuestamente sean representantes del pueblo, pero lamentablemente en la práctica hay muchas dudas y han sido muchos los casos en que no han estado a la altura de las circunstancias. Desde ya que al haber una variada composición política de los participantes, también están las cuestiones de las conveniencias, y muchas veces vemos las alianzas que no siempre sirven para dar una respuesta acertada al ciudadano.
  El presupuesto que insume los cuerpos colegiados significan al erario público muchos millones de pesos, ya que el funcionamiento requiere de gastos de funcionamiento, pero también de prebendas a los integrantes, con gran número de asesores, pasajes y otras cuestiones que hacen que uno de esos cargos tengan un costo considerable, que pagamos todos los habitantes por representarnos en un trabajo que no siempre tiene una contrapartida. Es así que en algunos casos si tuviéramos que pagar por cada palabra que algunos componentes hablan, sería realmente una erogación millonaria y ni que hablar de la presentación de proyectos coherentes.
  Y esto que comento no es un disparate porque ya hemos visto a través de las redes sociales como algunos descansan durmiendo durante las sesiones, y todo esto ha sido ridiculizado en la canción «Yo quiero ser diputado», donde claramente se menciona parte de lo que digo.
   Quizás este comentario moleste pero resulta que uno viene de una época donde las cosas eran diferentes y sólo bastaría mencionar que en un momento algunos concejales no cobraban dieta ni tampoco lo hacía el Intendente, claro está eso era en un pueblo pequeño, pero hoy los que están no lo hacen gratis. Con los años uno se pone sensible y estas cosas duelen. Porque no hacer como en las viejas tribus, que elegían a sus integrantes entre los más sabios para dirigirlos. Hoy es corriente encontrarnos con malos gobernantes y a las pruebas me remito, como diría un letrado. Basta con acercarse a los medios de comunicación para enterarse de lo que estoy escribiendo.
  Ser un soñador no cuesta tanto, pero cuando está en juego la integridad de una Nación y el bienestar de sus habitantes, los gestos nobles son los que hacen falta. Pero tal como están las cosas es difícil pensar que algo puede cambiar, ya que como dice el Martín Fierro: «Para mí cuanto hay» y en honor a  ese concepto hoy nos toca vivir el despropósito.
 Los cuerpos colegiados existen en todo el mundo y funcionan en unos países mejor y en otros no tanto, ya que si el gobierno es de corte totalitario, su actuación no deja de ser una cortina de humo para entretener a la gente. 
 Cuanto disparate por este tema. Que el ciudadano común juzgue y si entiende que no es así, la próxima vez sepa elegir y votar y quizás mejore la cosa.

 

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