Estilo y Vida

¿Cómo saber la medida de un anillo?

Medir un anillo a veces puede resulta algo difícil. En la siguiente nota te explicamos como podes hacerlo.  Además, infórmate acerca de su origen y sus creencias populares. 

por REDACCIÓN CHUBUT 24/08/2021 - 18.18.hs

Luego que hayas elegido el anillo y en la mano que lo vas a lucir debes medir (con una regla)  el diámetro interno del anillo en milímetros. El resultado que da el milímetros es tu talle que lo encontraras en la siguiente tabla.

 

Origen del anillo

 

Del latín anĕllus, un anillo es un aro de dimensiones reducidas que se luce, con fines estéticos o simbólicos, en un dedo de la mano. Entre los anillos que se utilizan para reflejar un estado o condición, se encuentran el anillo de casado (o de boda) y el anillo de compromiso.

 

En el caso del anillo de compromiso, la tradición de Occidente supone que el hombre se lo entrega a la mujer al momento de pedirle casamiento. Este anillo, en la mayoría de los países, debe llevarse en el dedo anular de la mano izquierda.

 

El anillo de boda, anillo nupcial o alianza simboliza el lazo que contraen marido y esposa en el matrimonio. Se trata, justamente, de un símbolo: si la pareja decide no intercambiar anillos ni lucirlos, la ceremonia no pierde valor.

 

Independientemente que sea un anillo de compromiso o de boda, en la actualidad el anillo es un accesorio usado desde el tiempo de los egipcios. Su origen radica en el 2800 a.C., cuando los egipcios colocaban en ceremonias prenupciales un anillo a modo de compromiso: el círculo, por carecer de principio y fin, simbolizó la eternidad. Los dioses llevaban anillo: el círculo dorado suponía un pacto que nadie podía romper.

 

Para los egipcios de hace cinco mil años el círculo simbolizó el misterio y eternidad de la vida. En un viejo papiro hallado en una excavación arqueológica se puede leer: “El anillo, ¿acaso se puede saber dónde está su inicio y su fin?”. Para los egipcios de hace cinco mil años el círculo simbolizó el misterio y eternidad de la vida.

 

Entonces las clases populares llevaban un anillo de cobre con un escarabajo sagrado. Estaba hecho de esteatita sobre el que se inscribía el nombre del dueño y una fórmula mágica para atraer la suerte. Con ese anillo protector eran enterrados al fallecer. Era un recuerdo de la vida terrenal y la forma de mantener la conciencia de sí mismo.

 

Hubo anillos mágicos, como el de Salomón, en cuyo interior tenía grabada la frase “también esto pasará”. La leyenda dice que la virtud de esta joya estribaba en hacer feliz a quien lo llevaba cuando estaba triste, y a ese anillo debía Salomón su sabiduría.

 

En el libro de J. R. R. Tolkien El señor de los anillos, se perpetúa una creencia esotérica antiquísima según la cual el anillo posee poderes mágicos y alude al círculo protector de los lugares sagrados y secretos: en ese contexto apoderarse de un anillo mágico es abrir una puerta, conocer un arcano.

 

En las bodas de los romanos, el novio daba a la novia un anillo doble en prueba de alianza. Alianza que en tiempos de Ovidio era empleada por las damas para dar a entender si estaba o no dispuesta a complacer a quienes se le insinuaban: bastaba con cambiar el anillo de dedo.

 

Con respecto a la actualidad, existen creencias populares que dicen que colocar un anillo de oro en un orzuelo lo sana. Muchas personas manifiestan llevar anillos de la "suerte" o como alguna "cábala". 

 

 

 

 

¿Querés recibir notificaciones de alertas?