Cambios en  consignas colectivas

Simplificando podemos decir que el primero pone el acento en la generación de riquezas y en su acumulación, mientras que el segundo lo hace en la distribución de las riquezas y en la administración estatal de las mismas.
Y este vaivén, entre ambos sistemas, resulta cada vez menos traumático como si el rolido de la nave política se fuera apaciguando poco a poco hacia una estabilidad cada vez más próxima.
Esta dinámica, política y económica tiene su correlato en lo social, principalmente en aquellas instituciones que concentran y organizan individualidades en comportamientos colectivos como son los partidos y movimientos políticos.
De ahí que la plasticidad adaptativa de estas instituciones juega un papel fundamental en su vigencia. El peronismo es, evidentemente, el recurso institucional y político más versátil para ello. Asombra su habilidad adaptativa sugiriendo virtudes darwinistas muy afiladas para la contienda por el poder.
Y esta tendencia natural que tiene la sociedad hacia el equilibrio, posee otros dos recursos para sus ajustes: la democracia y el mercado.
Cuando el mercado abusa de la exclusión por imperio de la acumulación desmedida de riqueza, la democracia lo corrige otorgándole mayor poder a las variantes populistas. Y cuando desde el Estado democrático se abusa del populismo distribuyendo beneficios sin generar riqueza, el mercado lo corrige por medio del aislamiento, la inflación y el desabastecimiento.
Democracia, mercado, capitalismo y socialismo son cuatro patas de una misma mesa política en constante evolución. Y esta evolución en Argentina, inserta a su vez en un proceso mundial de globalización, es muy probable que genere un cambio en las consignas colectivas, como aquella que reza «combatiendo al capital» por otra que proponga «compartiendo el capital».
Daniel Esquiroz.