Hay una oportunidad de darle un rol protagónico al sector pesquero

Toda esperanza que sea para mejorar el bienestar de una sociedad que depende de la producción, nos lleva a una expectativa de un futuro alentador.
El mar es una de las riquezas que nuestra Nación tiene como premisa una mejora continua en el sector pesquero.
¿Qué nos puede llevar a pensar que esto es posible? Nuestras pesquerías son uno de los principales motores exportadores que generan divisas para la Argentina. La Constitución Nacional otorga a la Provincias como parte de la soberanía sobre los recursos naturales, la administración en sus jurisdicciones y de aquí estas inquietudes: ¿Los ingresos directos a las provincias son equitativos con una sociedad o Estado que concesiona la actividad extractiva? ¿O con  trabajadores que arriesgan su vida permanentemente? ¿O funcionarios que no dan explicaciones de sus decisiones en el tiempo desde la sanción de la ley federal de pesca? ¿O continuar con un INIDEP sin injerencia en el cuidado de nuestros recursos por decisiones políticas/empresariales no sustentables? ¿Instalar nuevamente el debate de los reembolsos por puertos patagónicos como beneficio o compensación? No hay verdades absolutas y no todos son prejuzgamientos. 
Como desafío de las posibles nuevas políticas de Estado hacia la pesca, sería conveniente tratar de dotar mejores recursos presupuestarios a las Fuerzas Armadas que protegen nuestro litoral marítimo de la pesca ilegal. Hacer las inversiones necesarias en los presupuestos aprobados por el Congreso Nacional que contemplen la adecuación de los puertos para brindar óptimos servicios a las empresas que arriesgan el total armado de sus buques. Todos deben aportar para tener de mejores puertos patágonicos aunque las administraciones sean provinciales. Los canales de gestión tienen que empezar a romper jurisdicciones para llegar al bien común. 
Cuestión pendiente pero estratégica, es empezar a caminar un plan donde dejemos de ser un aportante al mundo de bloque o macizo congelado de pescado, donde se le da valor agregado en países que podemos suplir con inteligencia de proceso. Dar mayor trabajo en tierra produciendo mayor valor agregado al mundo consumidor de nuestras especies. Esto será posible con una planificación desde las políticas públicas, los sindicatos y las empresas. Si seguimos pensando que nuestros recursos pesqueros son un commodity dependiente de los valores de mercado internacional con la actual crisis interna, solo vamos a ser vinculantes o decisivos en la bonanza. 
Un gran aporte a nuestro país es instrumentar racionalidad con las nuevas decisiones desde el Consejo Federal Pesquero y cada dirección de políticas públicas provinciales. Es esta línea con un ‘Plan Nacional contra el Hambreï dejemos de dar explicaciones absurdas y reglamenten la necesidad de traer a puerto todo lo que se pesca. No seremos dignos de una Argentina que pasa hambre cuando tiramos, literalmente, comida al mar. Solo miramos con asombro o estadística un bycatch o descarte de recursos naturales que se pueden llevar a la mesa de nuestra gente. Ayudemos a nuestras empresas con un beneficio en combustible si logran cumplir este objetivo solidario.
Además, Si el gobierno nacional saliente planteó una prórroga ‘ilegalï de la cuotificación, será conveniente hacer un balance de los deberes que se han hecho por los benefactores desde el 2009. Es injusto y reprochable cualquier tipo de molde a medida con nombre y apellido. 
Es una oportunidad de darle un rol protagónico al sector pesquero sin mezquindades de los intereses permanentes, que vienen delineando la gestión para algunos pocos, sin un bienestar digno a los trabajadores reales y empresarios serios que abundan tanto como las capturas.
La abundancia de nuestros recursos no es eterna.