Vivimos en una ciudad discapacitada

Pero que en nuestra ciudad, Trelew, no se cumplen. Tenemos muchas barreras y piedras en el camino, parecemos la ciudad de la furia.
Transporte: Hoy andar en transporte accesible o taxi adaptado es una misión imposible porque no hay. Cuando tuvieron la oportunidad de la compra de los nuevos transportes para Trelew, el área de Discapacidad no se dio cuenta de ese detalle tan grande, habiendo una ley que lo exige.
Cine: Tuvieron la reforma del cine y el área no gestionó la inclusión, baños adaptados, butacas adaptadas, existiendo una barrera tan grande como las escaleras.
Juegos adaptados: De qué sirve hacer juegos adaptados si no se explica su buen uso.
Escuelas especiales: Las escuelas a nivel especial estamos en el abandono total, parecemos invisibles. Son escuelas provinciales, pero el área tiene la obligación de gestionar, ya que las escuelas especiales están en Trelew y los alumnos son de Trelew.
Rampas: Deben terminar a cero o al ras del piso y así no se le crea una dificultad de 20 ó 30 centímetros a las personas que andan en silla de ruedas; si las cosas se hacen bien se hacen una vez; muchas veredas no están en condiciones para circular en silla de ruedas y ése es su único traslado.
Cupo laboral: Hay un cupo laboral del 4% de trabajo para personas con discapacidad que no se cumplen; cuántos empleados municipales hay y cuántas personas con discapacidad están trabajando.
Inclusión: No se educa a la sociedad sobre esta temática, hay que pasar por las escuelas. «Si se educa al niño, el niño corrige al adulto», no se hacen propagandas. No se trata de construir una rampa, sino que también se debe educar a la sociedad para no taparla perjudicando su uso; la inclusión se hace, y se hace todos los días.
Equinoterapia: Hacen publicaciones que no cumplen, como la de que en abril iba a estar funcionando la Equinoterapia en el Club Hípico de Trelew.
Existen muchos funcionarios con sobredosis de ignorancia queriendo sacar la palabra inclusiva, hablan de inclusión y no la demuestran. Todas son diferentes discapacidades, diferentes historias y atravesamos distintas pruebas, pero todos tenemos el mismo valor.
Vivimos en una ciudad con enorme desigualdad y estamos muy lejos de ser una ciudad más accesible y más inclusiva.
Este es un reflejo de cómo nosotros vemos la realidad de nuestra ciudad.
Jennifer Calabrano (mamá de Aixa)
José Miranda (papá de Gonzalito)