El rechazo largo que dio el arquero Mariano Andújar a los tres minutos de partido, cuando no pudo controlar una pelota fácil que en el rebote, le permitió a Emanuel Reynoso abrir el marcador y la oportunidad más sencilla aún que malogró a los 10 de esa etapa inicial Federico González sin marca, debajo del arco boquense, condicionaron los 80 restantes del encuentro.
Boca no fue ninguna máquina de atacar ni generar posibilidades de gol en cercanías del arco estudiantil, por lo que, valga la literalidad, llegó al tanto «de rebote» y después se salvó simplemente porque su arquero, Esteban Andrada, extendió ayer a 959 minutos el invicto de su valla.
A partir de esas dos situaciones se configuró el resto del partido, con Boca haciendo lo que mejor le sale a la propuesta de su entrenador, Gustavo Alfaro, que es conservar el cero en su arco.