SOLIDARIDAD

Comedor Solidario asiste a 500 personas por día

Por Federico Ovidi
Está en el barrio Chanico Navarro de Esquel y necesita insumos para seguir ayudando. Cuando empezó la pandemia asistían a cerca de 300 personas. Nueve meses después, la cifra casi se duplicó.

por REDACCIÓN CHUBUT 27/11/2020 - 23.10.hs

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Cada semana son más las personas que se acercan a la junta vecinal del Chanico Navarro de Esquel a solicitar un plato de comida. En el inicio de la pandemia se elaboraban casi 300 viandas y por estos días no bajan de 500 y la demanda sigue en aumento.

 

En diálogo con EL CHUBUT, Elida Melín, desde la cocina solidaria que funciona a pura voluntad de los vecinos advirtió que ya no dan abasto para poder atender los pedidos. Incluso reconoció que deben rechazar personas por falta de alimentos.

 

“Estamos cocinando como siempre en una situación que es bastante complicada. Por ejemplo, como no teníamos verduras decidimos hacer bolitas de papa con salsa blanca, pero estamos complicados porque usamos 41 paquetes de fideos y no estamos llegando”, dijo la dirigente barrial, quien confió que ayer “se acercó otra familia con tres integrantes para anotarse y ya estamos entregando más de 500 viandas. Empezamos la pandemia entregando cerca de 300 y ahora ya son más de 500 viandas por día las que hacemos”.

 

La cocina solidaria funciona de lunes a sábado brindando la posibilidad de tener un plato caliente a vecinos de distintos sectores de la ciudad. Arrancó para un puñado de personas no necesidades básicas insatisfechas de los alrededores de la sede ubicada en el pasaje Antúnez 735 y con el correr de las semanas se fueron acercando personas de lugares más alejados.

 

En cuanto a la necesidad de insumos, Melín destacó el apoyo de los vecinos y autoridades, pero aclaró que no alcanza. “El señor (Santiago) Igón nos trajo pollo y el municipio a veces nos da alimentos pero no alcanzan para atender la cantidad de gente que viene. Ya es algo que se está desbordando y nos cuesta mucho decirle a una familia que no tenemos para darle de comer”.

 

En estos días destacó la colaboración que recibe de su hija y un vecino para poder elaborar las viandas. “Somos tres en la cocina y los tres no damos abasto: necesitamos tanto alimentos como voluntarios que quieran sumarse a colaborar. Somos pocas manos para tanta demanda”.

 

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