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¿Qué le sucede al ambiente durante la pandemia?

El freno a las actividades económicas que ha producido la pandemia, se ve reflejado en la salud del ambiente. | Por Víctor Fratto para EL CHUBUT

por REDACCIÓN CHUBUT 30/05/2020 - 20.43.hs

Por Víctor Fratto, Especialista en Áreas Protegidas, Comunicación Estratégica  y Desarrollo Sustentable, para EL CHUBUT

 

 

La pandemia del COVID-19 trajo aparejada una serie de cuarentenas con diferentes modalidades según cada país. La cuarentena supone menos movilidad de personas, por ende de vehículos, así como también una caída en la producción y el consumo de petróleo. Esta situación repercute principalmente en la economía, pero también en el ambiente.  En este artículo nos ocuparemos de lo segundo.

 

AHÍ VIENEN LOS ANIMALES

 

Quizás una de las manifestaciones ambientales que más difusión ha tenido, es la aparición de animales dónde antes no se los veía. Esto de que los animales recuperaron su espacio, es relativo. Ver guanacos o carpinchos  paseando por playas que habitualmente estarían ocupadas por humanos, efectivamente tiene que ver con la ausencia de personas. Estos grandes herbívoros no encuentran peligro ni razones para no transitar y allí van. Pero a decir verdad, la novedad es ver a esta fauna por playas usadas regularmente por la gente, y no que estén en la playa, ya que esto es algo común de observar en costas menos frecuentadas por personas.

 

Luego, observar zorros, ciervos, jabalíes, monos, etc. en calles de distintas ciudades del mundo puede deberse a diferentes factores, no siempre relacionados con el “recuperar el espacio”. Está claro que no hay más animales que antes, sino que ahora se dejan ver. Algunos componentes de la fauna silvestre frecuentan la periferia de las ciudades, alimentándose de lo que se desecha en basurales, desperdicios que quedan a la vera de las rutas, o áreas silvestres utilizadas con fines recreativos en las que algunas especies se habituaron a comer de los restos de comida que quedan en los tachos, o que la gente ex profeso les da.

 

Al disminuir la circulación, los animales deben buscar nuevas fuentes de alimento y recurren a la zona urbana. De ahí que se observaron jabalíes en las calles comiendo de bolsas de residuos.

 

En algunas localidades se detectó un cambio de hábito y comportamiento más agresivo de las ratas. La alimentación de estos roedores depende en gran medida, de los desperdicios de bares, pubs, hoteles, centros comerciales y restaurantes. Al dejar de funcionar estos locales, las ratas modificaron sus hábitos principalmente nocturnos y fueron por residuos urbanos a plena luz del día.

 

CALIDAD DEL AIRE

 

Las emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO2) han aumentado considerablemente en los últimos 120 años, lo cual está sujeto al aumento de la población mundial y los procesos de industrialización. De aproximadamente 2 millones de toneladas anuales de CO2 a principios del siglo pasado, llegamos al 2020 con algo más de 35 millones. Este aumento en las emisiones se ha visto frenado, y hasta disminuido, por eventos mundiales como la Gripe Española en 1918, la Gran Depresión en la década del 30, el fin de la Segunda Guerra Mundial, el colapso de la Unión Soviética y está sucediendo ahora con la pandemia del COVID-19. La Agencia de Energía Internacional estima que en 2020 el mundo usará un 6% menos de energía, lo que a su vez lleva a una caída de las emisiones de CO2. También ha disminuido la emisión de dióxido de nitrógeno que es un gas nocivo emitido por motores de vehículos, plantas de energía y complejos industriales.

 

Es posible que en algunas ciudades del mundo estén respirando un aire un poco más limpio, sin embargo, los expertos son cautelosos con este cambio y lo llaman reducción “temporal” de gases de efecto invernadero, ya que como ha ocurrido en el último siglo, las emisiones, en algún momento se estabilizarán y luego volverán a aumentar.

 

DE LOS CANALES DE VENECIA AL RIACHUELO

 

Una cosa es que los peces hayan regresado, y otra muy distinta es que siempre estuvieron pero ahora los vemos. Esto es lo que se ha observado en los canales de Venecia y en el río más contaminado de la Argentina. En ambos casos el factor común ha sido un cambio en la turbidez del agua. En los canales más famosos del mundo, una paralización del tráfico náutico significó menos movimiento del agua, lo que provocó que los sedimentos decantaran y el agua se volviera traslúcida, permitiendo observar el fondo, los peces y moluscos que nunca se fueron de ahí.

 

Algo similar ocurrió en el Riachuelo, tristemente conocido por su altísima contaminación. Sin embargo, algunas especies de peces y tortugas resisten el embate químico proveniente de las descargas industriales y viven en estas aguas. Aquí  no se ha llegado a ver el fondo, pero la disminución de descargas industriales permitió observar a estos animales nadando cerca de la superficie.

 

CUANDO LA PANDEMIA TERMINE

 

Cuando esta crisis sanitaria y económica termine, la contaminación ambiental, de a poco, volverá a la normalidad. No hay razones para pensar que las emisiones de gases de efecto invernadero van a seguir en caída. Los animales regresarán a los lugares donde se los encuentra corrientemente y las aguas volverán a enturbiarse.

 

Pero quizás el cambio más importante es que en nuestras mentes y corazones quedarán grabadas las imágenes y sensaciones de que otro mundo es posible. Que independientemente de la contaminación provocada por las grandes industrias y movimientos económicos, los cambios comienzan por casa, intentando cada uno ser un poco más amigable con el ambiente que nos rodea, el único que tenemos.

 

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