"Islas Malvinas", por Néstor Perl

Por Néstor Perl

En el contexto arriba señalado, razones histórico geográficas marcaban los reclamos que mantenía Argentina con Gran Bretaña, ya desde el año 1833, donde había razones patrióticos emocionales por parte de la primera, al autor de esta nota se le ocurre ver del otro lado, al orgullo imperial, de una herencia histórica, que en un tiempo pasado marco la civilización. Dicho esto, es de señalar que mis sentimientos flotan como un manto de neblina azul y blanco sobre las tumbas de los héroes allí perdidos.

Las Islas Malvinas, situadas al sur del océano Atlántico, en proximidades de la costa Argentina y del estrecho de Magallanes no dejaron de tener importancia,  por su cercanía a las aguas que comunican los océanos Atlántico y Pacifico, ellas fueron avistadas y ocupadas circunstancialmente a partir del siglo XVI por Españoles, Franceses, Británicos y otros.

A la independencia de la República Argentina en 1816, estas habían estado ocupadas por España, con un dominio pacifico, siendo a partir de ese momento reemplazadas por las autoridades provinciales del nuevo país, sin reclamo alguno de la potencia colonial, y con la naturalidad de considerarse heredera de los territorios que ella ocupara, además, al no haber población ni fuerza militar alguna, se dan concesiones en uso de la soberanía heredada, así el argentino Jorge Pacheco, concesionario de Tierras con ganado lanar, reconstruye Puerto Soledad, donde se establece una comandancia político militar con jurisdicción en la Islas Malvinas y adyacentes al Cabo de Hornos. Toda esta manifestación de soberanía se realiza en un territorio heredado de España y no ocupado por nadie, donde en el año 1820, más exactamente el 27 de Octubre, se había izado la bandera Argentina llevada por el barco “Heroína”,  en el mismo lugar que habían ocupado los Españoles años antes, sin ellos haber tenido  reclamo alguno de ningún país, salvo medio siglo antes, en dos incidentes uno con Francia y el otro con Gran Bretaña. En febrero de 1764 Luis Antonio de Bougainville, marino francés, funda Puerto Luis (Recordemos el nombre del Rey de Francia),  en la Malvina Oriental, a raíz del reclamo español  por las Islas Malvinas, el Rey Luis XV ordena la devolución de ese territorio a sus legítimos soberanos, es así que el 1º de Abril de 1767 se hace cargo de ese lugar la Corona Española, estableciéndose pobladores de esa nacionalidad protegidos por un establecimiento militar bajo el nombre de Puerto Soledad, Don Felipe Ruiz Puente es el Gobernador con dependencia a la Capitanía General de Buenos Aires . El otro incidente con respecto a Gran Bretaña se inscribe no muy lejos de allí, en el islote Sanders en 1766 (dos años después que los franceses), una guarnición que llaman Puerto Egmont, Buccarelli Gobernador de Buenos Aires, al mando de una escuadra, desaloja el 10 de junio de 1770 a los usurpadores.

Estos últimos protestan airadamente, por lo que el 22 de Enero de 1771 se restituye el fuerte Egmont a su Majestad Británica, declarándose que esto se hace sin afectar la soberanía española en las Islas Malvinas.

Ningún reclamo, ni siquiera aclaración por parte de Gran Bretaña sobre el carácter de esta “devolución”, es decir se subsana la “injuria” por la forma del  acto cometido, remarcando sus derechos de fondo. Es así, como se devuelve Puerto Egmont,  por parte del “Comisario General de su Majestad Católica en Puerto Soledad”. Después de tres años, el 22 de mayo de 1774 se retiran por “cuenta propia” los Británicos de la Isla (sin S) Falkland. La ocupación por menos de cinco años de este islote es el derecho que alegan para ocupar desde hace casi 200 años Las Islas (ahora con S) Falkland.

Por más de medio siglo los Británicos no vuelven a las Islas Malvinas,  hubo si con ellos y con Estados Unidos problemas comerciales, ya que ambos países pretendieron para no pagar impuestos, ignorar las autoridades nacionales, dedicándose a la pesca y caza de ballenas y focas en los mares adyacentes y costas de las islas. Con Estados Unidos se rompieron relaciones diplomáticas, ya que este país envió la corbeta de guerra Lexington a saquear Puerto Soledad, destruyendo la polvora y armas que encontró, esto sirvió para que sus balleneros siguieran depredando. Asi es que se cancela en Buenos Aires la patente del Consul Slacum y declara “persona no grata” al ministro Baylies, por suerte el gobierno de Estados Unidos no presta atención a estos funcionarios de tan baja estofa, que hasta pretendían una guerra contra la Argentina. Gran Bretaña es en aquella época una potencia en acenso,  era la más importante de la potencias coloniales, y el Atlántico Sur constituye una base de sus comunicaciones con Oriente y Oceanía, así es que las islas de Santa Elena y Tristan da Cunha, desde entonces le pertenecen, también pretenden sin éxito, ocupar en dos oportunidades la Ciudad de Buenos Aires, Ciudad del Cabo es parte de esta estrategia, así es que pone sus ojos en el territorio de un estado recién independizado, aun desgastado en su lucha patria y de integración nacional, pero con un concepto moral y político por encima,  de los pocos valores que las grandes potencias europeas demostraron hasta mediados del Siglo XX. Argentina resuelve sus conflictos limítrofes en forma pacífica y por arbitrajes, antes de declarar su independencia, determinó la libertad de  los hijos de esclavos.

El 3 de Enero de 1833 la Corbeta Clio se presenta en Puerto Soledad allí está instalado el destacamento y fondeado frente a este, el buque Sarandí, de bandera Argentina, el capitán ingles intima con amenaza del uso de la fuerza al retiro de los Argentinos, cuyo jefe acata, declarando que lo realiza “haciendo responsable a la Gran Bretaña del insulto y de la violación de los respetos debidos a la República y a sus derechos que a la fuerza era atropellados, tan sin consecuencia y miramientos”, continuando a renglón seguido, “que iba por todo a retirarse pero que el pabellón de tierra no lo arriaba”. Los británicos retiran la bandera y expulsan a todos los habitantes, y a los que se resisten, los envían a Londres, desde donde nunca más volvieron.

El 15 de Enero el gobierno reclama ante el Encargado de Negocios Británico en Buenos Aires, insiste el 22 de Enero sin obtener respuesta, se envía entonces una circular a las Cancillerías Americanas y el Gobierno de Brasil, por ejemplo, da instrucciones a su representante en Londres para que brinde a su colega Argentino “su más franca y oficiosa colaboración para el buen éxito de la diligencia”. El 24 de Abril de 1833 el representante Argentino Don Manuel Moreno, instruido por el gobierno, presenta nota de protesta ante su Majestad Británica que reitera el 17 de Junio. Se debe esperar hasta Enero del año siguiente para que el Vizconde de Palmerston conteste diciendo “que los derechos de Gran Bretaña estaban fundados sobre el descubrimiento original y la subsiguiente ocupación de aquellas islas”. Manuel Moreno rechaza tales falaces mentiras nueve meses más tarde. Mas allá de estas circunstancias que hasta fueron publicadas por el TIME de Londres por el Gobierno Argentino con los argumentos ya expuestos, los mismos no se han dejado de expresar desde entonces en cuanta oportunidad se haya presentado.

Después de ignorar por 131 años las protestas por que nunca hubo descubrimiento y subsiguiente ocupación,  basado esto en el hecho que Davis en 1592 fue el primer ingles que las avista (antes lo habían hecho los españoles) y solo 174 años después los ingleses ocupan Puerto Egmont, que abandonan voluntariamente pocos años más tarde.

En mucho más de un siglo no se escucharon ninguna de las razones que en forma pacífica la Argentina planteó. No hubo descubrimiento ni ocupación Británica. La Republica Argentina al independizarse de España se hizo titular de los derechos de esta, y aplicando el principio jurídico de sucesión territorial, según el cual al constituirse un estado soberano en una colonia, hereda todo ese territorio, incluida las Islas Malvinas.

Con el Alegato RUDA se logra la Resolución 2065 (XX) de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

RESOLUCION 2065 (XX) de la Asamblea General de las Naciones Unidas. CUESTION DE LAS ISLAS MALVINAS (FALKLAND ISLANDS)

La Asamblea General,

Habiendo examinado la cuestión de las Islas Malvinas (Falkland Islands) Teniendo en cuenta los capítulos de los informes del Comité Especial encargado de examinar la situación con respecto a la aplicación de la declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales concernientes a las Islas Malvinas (Falkland Islands) y en particular las conclusiones y recomendaciones aprobadas por el mismo relativas a dicho Territorio.

Considerando que su resolución 1514 (XV) de 14 de diciembre de 1960, se inspiró en el anhelado propósito de poner fin al colonialismo en todas partes y en todas sus formas, en una de las cuales se encuadra el caso de las Islas Malvinas (Falkland Islands),

Tomando nota de la existencia de una disputa entre los Gobiernos de la Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte acerca de la soberanía sobre dichas islas.

1. Invita a los Gobiernos de la Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte a proseguir sin demora las negociaciones recomendadas por el Comité Especial encargado de examinar la situación con respecto a la aplicación de la Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales a fin de encontrar una solución pacífica al problema, teniendo debidamente en cuenta las disposiciones y los objetivos de la Carta de las Naciones Unidas y de la resolución 1514 (XV), así como los intereses de la población de las Islas Malvinas (Falklands Islands);

1. Pide a ambos Gobiernos que informe al Comité Especial y a la Asamblea General, en el vigésimo primer período de sesiones, sobre el resultado de las negociaciones.

1398a. sesión plenaria 16 de diciembre de 1965

Conclusiones:

1- El caso Malvinas (Falkland) está encuadrado en el anhelado propósito de poner fin al colonialismo (Resolución 1514-XV).

2- Solo son parte los Gobiernos de Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña para dirimir la disputa sobre la soberanía de dichas islas.

3- Deben tenerse en cuenta los objetivos de LA CARTA DE LAS NACIONES UNIDAS y de la Resolución 1514-XV de la Asamblea General así como los intereses de la población de las Islas Malvinas.

4- Es evidente que Gran Bretaña debió y debe ofrecer una propuesta de descolonización y la Argentina otra basada en el respeto a los intereses de los isleños.

Desde el 16 de Diciembre de 1965 nada concreto ocurrió, llegamos así al 2 de Abril de 1982, donde ocurrieron las circunstancias militares que llevo a cabo por un gobierno Argentino conducido por Fuerzas Armadas, que desde el 24 de marzo de 1976, se habían encaramados en el poder, mediante golpe de estado,  en lo que se llamo “Proceso de Reorganización Nacional”, que vería perder  confianza en sí mismo, por fracasos económicos, políticos y sociales, donde  los terroristas ya no serían excusa, porque la lucha contra ellos, dejaba la impresión, de que  no existía ni ley, ni moral, ni respeto por los derechos humanos, todo esto ejercido por un poder tomado ilegítimamente. En este contexto el gobierno del general Galtieri invade las Islas, busca recuperar confianza popular y amalgamar un frente interno resquebrajado, a través del sentimiento del pueblo Argentino y por supuesto el de las propias fuerzas armadas, que se unen, ante el enemigo de afuera.

Con la ocupación de Puerto Sanley sin bajas británicas y con profundo respeto a los civiles, se marca una posición de negociación, que fue desaprovechada, abriendo el camino a una guerra donde Argentina desembarcó tropas en forma continua, mientras Gran Bretaña enviaba su Royal Navy a las Islas. Estados Unidos había intentado poco antes y después del 2 de Abril detener las acciones del Gobierno Argentino, que incapaz y ciego siguió adelante, ya no se enfrentaba solo con Gran Bretaña sino con Estados Unidos y los países Europeos ante la indiferencia de la Unión Soviética y el Tercer Mundo, así el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobaba horas después con los votos de Gran Bretaña, Estados Unidos, Japón, Francia, Irlanda, Togo, Jordania, Uganda, Guyana y Zaire la Resolución 502, solo votó en contra Panamá, hubo las abstenciones de la Unión Soviética, China, Polonia y España.

RESOLUCION 502/82 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Nueva York, 3 de abril de 1982.

El Consejo de Seguridad,

Recordando la declaración formulada por el Presidente del Consejo de Seguridad en la 2345a. sesión del Consejo de Seguridad, celebrada el 1ro. De abril de 1982 (S/14944), en la que se instaba a los gobiernos de la República Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte a que se abstuvieran del uso de la amenaza de la fuerza en la región de las Islas Malvinas (Falkland Islands), Profundamente preocupado por los informes acerca de una invasión por parte de las fuerzas armadas de la República Argentina el 2 de abril de 1982.

Declarando que existe un quebrantamiento de la paz en la región de las Islas Malvinas (Falklan Islands),

1- Exige la cesación inmediata de las hostilidades,

    2- Exige la retirada inmediata de todas las fuerzas argentinas de las Islas Malvinas (Falkland  Islands),

   3- Exhorta a los Gobiernos de la República Argentina y el Reino Unido a que procuren hallar    una solución diplomática a sus diferencias y a que respeten                    plenamente los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas.

Este ha sido el peor fracaso diplomático de la Cancillería Argentina, después vendría el militar, terminando todo en una derrota, con la indiferencia de los superiores, con respecto a aquellos que volvieron de la lucha. Increíblemente serán los enemigos los que los reconocerán, no esperaban de ellos tanta bravura y eficiencia,  sus escritos de guerra, hacen mención expresa al respeto que les merecen oficiales y tropas argentinas.

La mala conducción militar lleva a que el 14 de Junio la Argentina se rinda incondicionalmente ante Gran Bretaña, desde entonces, han vuelto  las infructuosas negociaciones de siempre. Detrás de esta obcecada posición Británica,  siguen estando los intereses económicos de la Falkland Islands Company, entre otras cosas.

POR NÉSTOR PERL