INTERIOR

Anselmo Barrera y el “Chapulín”: amistad y recuerdos en la Fiesta del Peón Rural

En la última Fiesta Nacional del Peón Rural, que se realizó en Paso de Indios una semana antes de la entrada en vigencia de la emergencia sanitaria, hubo un homenaje entre tanto homenaje: se descubrió una placa en honor a quien tejió lazos de amistad y de amor por la doma y jineteadas, vecino de ese pueblo de la meseta, Anselmo Barrera. Y también para el caballo de su tropilla, el “Chapulín”.
 

por Zulma Díaz 18/09/2020 - 21.19.hs

La del Peón Rural es una de las fiestas gauchas de mayor convocatoria de nuestra provincia. En Paso de Indios y Tecka nació la historia del reservado “Chapulín” y de quien lo adoptó, Anselmo Barrera, tropillero y palenquero, fallecido el 30 de noviembre de 2019. 
La placa se descubrió en el campo de jineteada “Elvis Prieto” de Paso de Indios el pasado 8 de marzo y reza: “Al Chapulín, por su trayectoria en sus 18 años, reservado de la tropilla “Los 4 vientos” de Barrera”.
El reservado formaba parte de la tropilla “Los 4 vientos”. En esta última Fiesta del Peón Rural, el “Chapulín” se despidió de tantas montas y corcoveos, de tantos aplausos y de jinetes de diferentes provincias que se animaron a mostrar sus destrezas sobre el indómito equino. La última monta la realizó el jinete Nelson Pichiñán y ambos brindaron un espectáculo impresionante, digno de una despedida.
Hoy, el “Chapulín” descansa tranquilo y sin apuro, junto a otros reservados y caballos de la tropilla “Los 4 vientos”.
Esta historia fue contada a EL CHUBUT por Lidia Epul, apreciada vecina, auxiliar docente y conocedora de las historias de sus vecinos y vecinas Paso de Indios, además de ser familiar directa de los protagonistas.

 

“Corría el año 2002, cuando por primera vez, Anselmo Barrera y sus hijos organizaron una jineteada en Tecka. Eligieron a sus mejores reservados y armaron la tropilla “Los 4 vientos”, para ellos fue un desafío.
Prepararon el viaje y el arreo de los caballos, que le llevaría varios días. En el camino buscaban a cada atardecer poder llegar a un lugar y descansar ellos y los animales del arreo, además de pastar y tomar agua.
“Así fue que llegaron a lo de Robert en la zona de Pocitos de Quichaura, un establecimiento rural que en ese tiempo cuidaba Abel Epul y su familia.
“Entre mates y charlas, Marcelo Barrera le comenta a su primo Aldo Epul, que van arreando la tropilla para una doma en Tecka. Entonces Aldo contó sobre su reservado, el “Chapulín”, un caballo al que le gustaba corcovear, y se los prestó para probar; ya que él lo había montado muchas veces y siempre se tiraba al suelo”.
Fue así como el “Chapulín”, con 3 años aproximadamente se sumaba a la tropilla “Los 4 vientos” y se estableció un lazo familiar por siempre entre las familias Barrera y Epul.
La primera vez que fue montado como parte de la tropilla “fue pedido por el jinete Roa, de la provincia de Santa Cruz. Realizó terrible jineteada, pero como quedó envuelto en polvareda no se pudo ver bien y el jurado no dió premio. Pero quedó el comentario entre los espectadores de la fiesta que decían que era un buen reservado, que la jineteada fue inolvidable y “Qué grande el Chapulín”, llevándose los aplausos”, recordó Lidia.
Así fue como el “Chapulín” pasó por todas las ruedas de jineteada en donde fuera invitada la tropilla de los hermanos Barrera, luciéndose como siempre, para dar un gran espectáculo.
El “Chapulín” estuvo 18 años en los campos de jineteada de Chubut y en la última Fiesta Nacional del Peón Rural, los hermanos Barrera anunciaron que sería su última presentación: se vivió un momento de emoción con un gran jinete como Nelson Pichiñán y un gran caballo como fue este reservado.
Para las familias Barrera y Epul fue un momento muy emotivo e importante, porque sus nombres están asociados a la meseta y a los campos de jineteada: “A quienes físicamente ya no están entre nosotros, Honorio Epul, Aldo Epul y Anselmo Barrera, y en nombre de ellos y de toda  la familia quisimos destacar y recordar por siempre la historia del Chapulín, dejando el escrito a nuestras futuras generaciones, el cual habiendo cumplido con la tarea asignada descansa tranquilo y sin apuros viendo cada atardecer en el campo, junto a los demás reservados de la tropilla “Los 4 vientos” de los hermanos Barrera”, dijo Lidia Epul.
 

 

¿Querés recibir notificaciones de alertas?