Regionales

Las carcajadas y las lágrimas

Te produce carcajadas cuando unas personas que casi no trabajan y se aumentan el sueldo en un país con el cincuenta por ciento de pobres.

Cuando te dicen que son mejores y ves como cada día son peores, cuando te hablan de terminar una obra y llevan veinte años para hacerla, cuando protegen a los necesitados desde su palacio residencial, cuando escriben con una mano y borran con la otra, cuando te cuentan el tamaño del pescado que sacaron y ves luego la fotografía, cuando te hablan de elecciones pero se enquistan muchos años en el poder, cuando te hablan de seguridad y en la esquina terminar de robar un comercio o un hogar, cuando el detenido por varias causas es liberado reiteradamente por la autoridad que lo debe condenar, cuando ves la falta de sinceridad en el discurso, cuando crees que todo es honesto y la realidad te pega cada día. Y así seguiríamos enumerando infinidad de acciones que el ser humano confundido entre el bien y el mal, vaga en este mundo cruel que transitamos.
Entonces nos preguntamos: ¿por qué las carcajadas? si en realidad deberíamos llorar. Por la sencilla razón de que el individuo ya ha sufrido tanto que le da lo mismo reir que llorar, (Como dice la canción) porque por más que te lo cuenten ves que en el horizonte es poco lo que está claro, pasan los años y pareciera que no hay nada nuevo bajo el sol. Palabras pronunciadas y promesas realizadas hace tanto tiempo que ya la mente no puede asimilar tanto despropósito.
El ser humano desde su nacimiento ha aprendido a sufrir y a ser feliz, dependiendo de las circunstancias, y en devenir transita la vida que lo hará  curtido para hacer frente a los problemas.
Y entre las cosas buenas le pertenece la posibilidad de cargarse con lo que el mundo y su estructuras van poniendo a su disposición, por eso en los tiempos difíciles se encuentra más preparado para hacer frente a lo que viene, y en estos momentos que vive la Argentina (nuestra patria) es cuando más debemos apretar los dientes para poder continuar esperanzados, en que hay un futuro mejor. Y para eso como buen ciudadano que somos también debemos pensar. Pensar en el futuro de nuestros hijos, de nuestro país, de nuestra cultura, de tantas cosas que se nos han negado y que cada cual culpa al otro de la situación, pero que en la realidad el que sufre es ese individuo que día a día se levanta esperanzado en un mundo mejor y suda la camiseta para lograrlo.
En estos tiempos de elecciones el ciudadano vuelve a mirar el escenario político con la convicción de elegir lo mejor según su forma de pensar, y mientras eso ocurre los candidatos se desesperan por lograr el favor del  elector y el resultado será del que mejor piense por una Argentina grande y no por una fracción que lo haga penar. Entonces quizá no hará falta pensar si es mejor reir que llorar.

 

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