Fin de Semana

Alegría y fiesta en honor a los peones rurales

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por Zulma Díaz 06/03/2021 - 11.46.hs

Cada primer fin de semana de marzo, en Paso de Indios, se lleva a cabo la Fiesta Nacional del Peón Rural. Que rinde homenaje a todos los peones rurales de la provincia. Se los reconoce, se destaca su labor, su anegamiento, su soledad en los campos, sus visitas esporádicas al pueblo, su amor por los animales, propios y de sus patrones, sus tristezas, sus alegrías, sus luchas, su peregrinar a caballo y con sus perros ovejeros como laderos, y con algún peregrino que de tanto en tanto transita cerca del campo, y la compañía de la radio con los mensajes al poblador rural. Sólo en esos instantes hacen una pausa en sus labores, que comienzan muy temprano.

 

En Paso de Indios, donde en cada hogar hay un vínculo con los peones rurales, hay muchas historias para contar.

 

 

En la Fiesta se homenajea a los peones con todo lo que forma parte de su identidad: desfile gaucho, donde los mismos peones rurales visten a sus caballos para presentarse en la calle principal, Avenida Stroebl; jineteadas, peñas, chamameceadas, bailes, destrezas gauchas, tabeada y el clima de amistad y de reencuentros.

 

 

Cada historia de cada peón rural es única. Y se unen todos en cada marzo para disfrutar de su fiesta.

 

 

Este año no hubo fiestas populares. Quizá en este 2021 no hubiera sido posible organizar una fiesta en Paso de Indios porque el pueblo está muy dolido. Hubo muchas pérdidas de seres queridos en los últimos meses, muchos hijos del pueblo han partido, y el duelo en un pueblo como este es colectivo. El año pasado, la del Peón Rural fue la última fiesta popular que se realizó en Chubut antes de que se declare la pandemia.

 

 

La Fiesta ha llegado a reunir a 3 mil, 4 mil personas en promedio. El año pasado se realizó la 7ª Fiesta Nacional, pero la historia comenzó en 1997, año en que se llevó a cabo la primera fiesta.

 

 

Desde el año 2014, DIARIO EL CHUBUT, en forma ininterrumpida, ha estado presente en la Fiesta realizando la cobertura, con regalos para Paisanita y Peoncito Rural, presentes para los peones rurales y la donación de la Copa Challenger, que es la que recibe cada año el jinete ganador del gran premio “Jinete de Chubut”, que se disputa en el campo de jineteada “Elvis Prieto”.

 

 

En los últimos años se ha dado un espacio a la mujer, con reconocimientos a las mujeres rurales, trabajadoras en los campos; amplia participación de niñas y niños que lucen indumentarias gauchas y desfilan a caballo junto a sus mayores; participación de todas las instituciones, que pueden recaudar fondos para diferentes causas; presencia de artesanas; el gran pericón gaucho que lleva adelante la profesora de danzas, Marcia Cárdenas y el registro de peones rurales que creó Jéssica Calvo, cuya familia alberga a más de 30 visitantes en cada fiesta.

 

 

El desfile gaucho y las jineteadas son lo más emotivo de la Fiesta. Y las noches de baile, donde año a año hay peñas, siempre presentes los acordeones y guitarras, y la presencia infaltable del grupo Energía de Bariloche, que con su cumbia campera llenan el Gimnasio Municipal en la noche principal.

 

 

 

LA HISTORIA

 

 

La historia de la fiesta la ha contado en sus versos el payador José Remeikis, quien escribió el libro “Pensamientos” (recopilación 1989-2014) y allí cuenta historias de nuestra provincia y de las fiestas, todo en verso.

 

 

Sobre la Fiesta del Peón Rural recordó que fue gestada por la agrupación “La Sureña”, constituida en el año 1997, siendo presidente Sandro Linconahuel y Víctor Sepúlveda, vicepresidente. El resto de los integrantes de la Comisión de esta agrupación fueron Viviana Tauada, que era secretaria; Ramón Zárate, tesorero y Tita. Los vocales fueron Jesús Sepúlveda, Eloísa Colihuinca, Lucho Beroíza y el padrino era don Remeikis. Las familias de Zárate, Sepúlveda, Prieto, Linconahuel, de Emilio Colihuinca, de Lucho Beroíza, y varias señoras son recordadas en los escritos de Remeikis.

 

 

Don Emilio Colihuinca recuerda cuando en su casa se elaboraron más de 500 empanadas caseras y se llevaron a pie hasta el campo de jineteada, para agasajar a los asistentes.

 

 

Igual el trabajo realizado por Elvis Prieto, y posteriormente se bautizó al campo de jineteada con su nombre.

 

 

También hay historias de peones rurales que, enterados de la Fiesta en tiempos en que no había buena comunicación, llegaban a caballo luego de recorrer muchos kilómetros.

 

 

La otra historia es la de George y Margaret, dos austríacos que estaban de paso con su casilla rodante recorriendo la Patagonia, y llegaron a la Fiesta. Se quedaron, fotografiaron por primera vez una fiesta gaucha, quedaron admirados por las jineteadas y han logrado las mejores imágenes, la gran mayoría está en las paredes de muchos hogares de la meseta, ya que fueron pioneros en imprimir fotos dentro del predio de jineteada.

 

 

Muchas historias de amores fugaces y de amores que prosperaron, historias de reencuentros, de danzas, de delicias, de amistad, de serenatas, de fiestas dentro de la Fiesta, es lo que se vive cada año en la Fiesta del Peón Rural.

 

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