Regionales

¿Qué te pasó, Trelew?

Trelew de los sesenta, la ciudad que enamoraba, un oasis dentro de la Patagonia. Así comenzamos a quererte muchos que fuimos aportando a ese legado  de los primeros pobladores que eligieron ese rincón del Valle, para hacer de ella su morada permanente. 

Fuiste la Ciudad de la Cultura, la Más Progresista del Sur Argentino, tuviste un parque industrial floreciente que le dio vida al desarrollo, convocando a cientos de operarios que se entusiasmaron con ese movimiento y así muchas más cosas que te engrandecían. Pero pasó el tiempo y lentamente y casi sin darte cuenta ese perfil se fue diluyendo hasta llegar a nuestros días en que pareciera que todo cambió.
 Aún desde las cenizas quedan cosas buenas, aunque algunas aletargadas, porque aún cuentas con el aeropuerto mejor ubicado de la Patagonia que puede operar prácticamente todo el año, sos nudo de comunicaciones terrestres con una ubicación territorial estratégica, cercana a la capital provincial, un clima agradable para los patagónicos y aceptable para los que nos visitan, centro de atractivos turísticos, posesionada de lugares culturales de diversas disciplinas y hasta un museo paleontológico a nivel internacional, presencia de colectividades que aún aportan a la ciudad, una universidad de importancia, que recuerda ese colegio secundario pionero en la Patagonia y muchas otras cosas más que hacen aún hoy pensar como continuaremos en el futuro.
 Paralelamente te fuiste convirtiendo en ciudad chata, si bien territorialmente te has extendido, no siempre de la mejor manera, aún existen en pleno centro elevados  edificios sin terminar y no se ve en la cantidad que merecemos nuevos emprendimientos, en cambio ha proliferado en la periferia la chatura con construcciones muchas de ellas inhabitables, las que aportan a la miseria humana más que al desarrollo ciudadano. La falta de trabajo ha complicado las cosas y hoy vemos (según nos muestran los medios de comunicación) como las malas costumbres han proliferado y son la preocupación de las fuerzas de seguridad, pero también de la ciudadanía que se siente preocupada y se manifiesta asustada. 
El Martín Fierro desde sus versos nos señala no pelearnos entre hermanos, y eso es lo que está haciendo falta que juntos mancomunados pongamos las mejores ideas y convocados pensemos en como salir adelante. Quizás pensar que algunos proyectos que me competen y alguna vez se pergeniaron hace más de veinte años quedaron en la nada, nos haga reflexionar: Laguna del Ornitólogo con atalaya y centro de interpretación, luz y sonido para Capilla Moriah, fiesta del Pingüino, centro de interpretación de Punta Tombo para los que no pueden ir, como los colegiales, visitas al centro cívico de Trelew (Hay niños de los barrios que no conocen la Plaza y el edificio municipal), y me imagino que habrá infinidad de cosas que pueden ponerse en práctica para atenuar el asistencialismo y la delincuencia y hacer que más brazos humanos aporten a un resurgimiento de la ciudad, buscando los canales necesarios para que ello ocurra. Quizás el sueño de volver a ver pujante a esta querida Trelew pueda ser algo más que la esperanza de los que te vimos crecer y soñamos con tu destino de grandeza.
 
 

 

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