Facundo Quiroga apostó todo a un objetivo, empujado por la pasión. Nacido en Trelew, recorrió un camino extenso de enorme sacrificio, para finalmente pasar a ocupar el cargo de entrenador en la Selección Femenina de Irlanda que sueña con los Juegos Olímpicos de París.

Impulsado por su madre, que también jugó al hockey, tuvo su primer contacto con el deporte a los 8 años, en Trelew RC, donde permaneció hasta los 17, aunque entrenando a partir de las 14.

En Rosario, ciudad que eligió para sus estudios, comenzó a prepararse para ser entrenador, primero como analista, incluso con algún paso por el fútbol en clubes como Huachipato de Chile, y luego si como DT en el Grasshopper de Suiza.

Sin embargo, perseguir su sueño tuvo un precio lógico: “Desde lo profesional, haberme ido de Argentina fue una gran decisión para mí, desde lo afectivo fue la peor que tomé en mi vida. Creo que los argentinos que nos fuimos, nos acostumbramos a vivir medio partidos al medio", le contó en una entrevista a Infobae.

En la charla, Quiroga destacó a figuras como Ariel Holan y Van Gaal, el primero llegado al fútbol desde el hockey y el otro, el neerlandés, con asistentes que fueron parte de seleccionados del deporte del stick y la bocha.

"Empecé a hacer análisis de fútbol y empecé a compartirlo con gente a la que pensé que le podía llegar a interesar", esa fue su llave de entrada a Huachipato y a larga al seleccionado femenino de hockey de Irlanda.

Quiroga también puso en valor el hecho de encontrar rápido su vocación, a los 21 ya entrenaba un equipo de primera división: "Me di cuenta muy rápido de que quería ser entrenador y para eso necesitaba dos cosas: prepararme y encontrar alguna puerta que golpear". 

Clave fue la relación con Nicolás Larcamón, DT de fútbol que le dio la chance en Huachipato y que lo puso en contacto con gente en Suiza. "La federación estaba buscando un entrenador así que fue una buena oportunidad para empezar ese camino".

Quiroga de no desaprovechó la oportunidad y en un equipo acostumbrado a la segunda división logró pasar a pelear por la liga y clasificar a competiciones europeas, con dos finales y un crecimiento enorme a nivel competitivo.

Si bien el idioma fue una barrera "prácticamente no hablaba inglés", el uso de la tecnología le permitió conectar con los jugadores; "ese fue mi mayor título en Suiza, desarrollar mi idea con las limitaciones del lenguaje".

Su actualidad lo encuentra en pareja con una suiza, viviendo en ese país; "desarrollamos cierta comunidad con los chicos que vinieron acá a jugar al club, los jugadores que he entrenado, me siento un poco en casa, aunque casa siempre es Trelew".

En cuanto a lo deportivo, la gran actuación de Irlanda en el Mundial de 2018 sirvió de plataforma para su llegada. "Siempre supe que venir a Suiza era el paso previo a algo más y traté de en mis años en Suiza ir desarrollándome para ese próximo paso".

Fue a través de una conferencia en la federación europea que llegó el contacto con Irlanda, que buscaba reforzar su cuerpo técnico.

Luego de un inicio caótico, en el que las piezas comenzaban a ensamblarse, Quiroga se fue acomodando al punto de encarar con confianza los retos que se vienen, especialmente el Europeo que se juega en agosto y clasifica a los JJOO.