Regionales

Más que la situación del país les preocupa la consolidación de Macri

No es necesario ser un experto politólogo ni un avezado analista político para advertir que lo que más le preocupa en estos momentos al kirchnerismo, especialmente a esta devaluada versión femenina, que en vano busca un protagonismo que quienes otrora fueron sus fieles seguidores ahora le niegan, no es la grave situación en la que está el país, sino el crecimiento, aunque lento pero seguro, de Mauricio Macri.

Su duro -durísimo- plan de gobierno se está consolidando. Y hasta los más afectados por el mismo, que son los trabajadores y la clase media, han comprendido que es el único camino para salir del estancamiento en el que durante doce años lo mantuvo el matrimonio santacruceño, en cuyo lapso instalaron en el país una corrupción como jamás existió. 

 

Es comprensible que no les preocupe la situación del país, porque ellos son los indiscutibles responsables de que actualmente estemos inmersos en una crisis que generaron por su fidelidad a ideologías contrarias a la idiosincrasia criolla, como claramente se pone de manifiesto cuando los ciudadanos son convocados a expresarse en las urnas. El ejemplo elegido a seguir era Venezuela. Atemoriza con solamente pensar el destino que tendríamos si el pueblo, mediante el voto popular, no les hubiera interrumpido el sueño de perpetuarse en el poder.

 

Afortunadamente, en estos momentos la mayoría del pueblo tiene muy en claro dos cosas fundamentales de la realidad argentina. Primero, que los únicos responsables de esta grave crisis, han sido los gobiernos kirchneristas y, segundo, que bien vale la pena hacer el sacrificio que se pide. Y a medida que transcurre el tiempo, el convencimiento popular es mayor.

 

Tanto en el orden interno como externo, el ingeniero oriundo de Tandil es mirado como el constructor de una nueva nación, que aunque no le será fácil, no tardará en ocupar el espacio que por su vastedad territorial y abundancia de recursos naturales, tiene reservado en el mundo. Ante esa certeza, cómo no van a estar preocupados quienes verán cerrados los caminos a la Casa Rosada, porque el chauvinismo y la demagogia de los discursos populistas serán cosas del pasado.

 

 

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