Regionales

Libertad y libertinaje

En estos días en que pareciera que el caos se ha adueñado de nuestra provincia nos remontamos casi sin quererlo a los postulados de nuestra Carta Magna, donde los derechos del hombre pareciera han sido superados por los instigadores del desorden, que en aras de reclamos que debieran ser consensuados, se salieron de madre, produciendo el desorden con consecuencias, como la libertad de circulación, de los derechos del niño de estudiar, destrozos sin razón, que en definitiva perjudican a los mismos que los producen y que complican aún más el correcto funcionamiento de las instituciones y de la vida cotidiana de cada individuo.

Todas circunstancias que al final se arreglarán, pero que dejarán el sabor amargo de no saber cuáles son las razones de rozar el libertinaje. Porque convengamos que al final del camino no habrá vencedores ni vencidos, solo el tiempo que quedó atrás y que en algunos casos como la educación, solo estará la amarga condición de producir niños ignorantes que hipotecan nuestro futuro, ya que es imposible dar marcha atrás a lo perdido, por más que nos quieran vender que puede haber una recuperación.
La historia nos demuestra que toda situación de protesta siempre deja un saldo negativo que no puede subsanarse, y si lo hace en alguna medida, nunca será el total ya que siempre quedarán heridas difíciles de sanar, y en el caso de Chubut el mal producido es real, porque nadie podrá olvidar que por más justo que sea lo peticionado, no debió rozar los intereses individuales de las personas, tales como no poder llegar al trabajo, no poder desplazarse para tomar un vuelo, perder un turno médico, no poder mandar a sus hijos a las escuelas para tomar clases. Destrozar edificios públicos que en definitiva tendremos que pagar todos los habitantes en menor o mayor medida. Todo esto alentado por incomprensibles dirigentes que no saben dirigir y menos negociar como corresponde, porque el buen dirigente no perjudica a sus conciudadanos, debe protegerlos con mil maneras de tratar los problemas, y esto va tanto para dirigidos como para gobernantes.
Sin lugar a dudas si estuviéramos en otra época o en otros países no tan tolerantes, las cosas serían diferentes, entonces señores, sepamos conservar lo que tenemos y busquemos las formas en que se puedan arreglar las cosas sin causar un movimiento que aprovechando la libertad que se nos da, derivemos en el libertinaje que en definitiva solo dejará heridas que complican las situaciones.
Los grandes pensadores decían que el ser humano es difícil de comprender en sus actitudes. La ciudadanía que quiere vivir en paz, piensa que esas actitudes deben usarse para construir y no para hacer lo contrario. Roguemos para que las mentes pensantes encuentren el camino de la racionalidad y traigan paz y orden.
 

 

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