Puerto Madryn

Detrás de las palabras

CASI SIN DARSE CUENTA. Como nombrarme, cómo decirme en este tiempo sin tiempo ni medida, en este vacío de límites tan certeros como difusos. Horizonte habitado por esa sensación de carencia donde lo que sobra es la ausencia.

Ausencia de alguien allí, adelante, con la mirada cercana y la palabra abierta y en este estar , casi sin darse cuenta, uno va probándose atuendos de soledad, y ella como mar de fondo que no da tregua nos  lleva de pensamiento en pensamiento hasta el borde de alguna orilla.
Y uno se va deteniendo en cada lugar, con esa  mirada  que pareciera estar a medio camino vaya a saber de qué, y  va de un lado a otro entre caras y risas y copas que se alzan brindando,  se pierde en esos detalles que trae el recuerdo, en una palabra a medio decir, o en aquella que hubiera querido escuchar… y esa música de voces que viene de atrás , bien de atrás, que en una  media voz va diciendo  que «uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida»…
Y sí, es cierto! Todavía está allí, en aquella esquina, lugar de amigos hablando entre  pocillos humeantes y ese aroma de los oscuros granos de café recién molidos…  aquel mozo y ellos todos celebrando el momento ese, el de tenerse  al alcance de la mano y la palabra…casi sin darse cuenta …»y entonces comprende cómo están de ausentes las cosas queridas»…  
    Justo eso, las cosas queridas, esas que  «echa en falta»,  añora,  extraña ese estar que siente como la fuerza de un abrazo, porque el abrazo acerca,  aprieta,  permite creer que uno tiene al otro , o a esos otros, allí entre sus brazos,  rodeándose todos en ese gesto apretado de celebración, acaso los cuerpos sean solo una excusa para la caricia, para que las almas hablen, en ese diálogo sentido y comprendido, sin entrelíneas, porque un abrazo es una manera de hacer el amor,  de entregarse sosteniendo y dejándose sostener…casi sin darse cuenta…porque abrazar es compartir, apretándose en un tiempo y un espacio, es un arrullo abrigado  entre brazos. Acaso ilusión de completud.
Esa es hoy la gran falta , tenerse entre otros, entre-tenerse, dis-traerse…esta vida que creíamos tan nuestra nos ha envuelto en un tornado donde el asombro no puede hacer pie y uno queda allí, entre ráfagas de paredes y distancias ,  sin tener claro si el tiempo transcurre o se ha detenido, y a veces le dan ganas de escapar de tan sísmica frontera,  pero sabe que si lo hace le caerá otra pena y entonces ve que anda apenas, de pena en pena… y casi  sin darse cuenta , sin plan previo, empieza a hacer cosas que tenía postergadas, que estaban como a la espera , y entonces limpia,  acomoda, ordena, cambia de lugar , y revisa, revisa  por un lado y otro. Tanta vida acumulada!!…
 Será por eso que ahora en este otoño florece la añoranza de esa esquina, la de juntarse, la de los pocillos de café, esa que hoy, en este aislamiento uno lleva aquí, como nudo en la garganta… casi sin darse cuenta… es bueno retozar así…y ahí se queda entre brazos de un casi sueño, y cierra los ojos para ver mejor… y ve venir al mozo, preguntándole con la mirada… y casi sin darse cuenta se le escapa
 -Sí…para mí una lágrima… con mucha canela… 
 

 

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