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El coronavirus y el futuro

La pandemia que hoy preocupa al mundo se supone que en algún momento tendrá fin, y en este aspecto es posible que surjan algunos cambios en las costumbres, según predicen algunos futurólogos, y quizás ello también modifique algunas formas de pensar y también de actuar. O tal vez no.

Depende de la orientación que el individuo tome después de pasar la experiencia. Pero indudablemente esto dejará de lado muchas cosas de las que hoy tenemos por ciertas, muchos vaticinan cambios que nos harán ver y vivir el mundo de otra manera. Será  entonces que el individuo marchará por una senda distinta. Si es así esperemos que el mundo se beneficie y cosas que hoy tenemos puedan ser modificadas de tal manera que cambiemos el mal por el bien y que el individuo se encamine a un futuro de paz y armonía, donde los privilegios sean descartados en procura de un bien común. ¿Será mucho pedir?
 Indudablemente que un nuevo orden es necesario en el mundo para lograr la felicidad de más gente, pero no a lo «loco» sino dentro de la armonía lógica que debe existir. Claro está que este es un pensamiento quizás utópico y se piense que todo es fácil y que los grandes dirigentes del mundo dejarán de jugar a imponer sus ideales en busca de intereses que pueden beneficiarlos. La teoría de la armonía lleva consigo implícito el sentido del bienestar del ser humano. 
Quizás algunas costumbres se modifiquen tales como las formas de vacacionar, ya que el turismo es una de las actividades que más entretienen al hombre y la cual hoy está totalmente paralizada, quedando todavía personas detenidas en diferentes lugares del mundo en espera de su retorno, dejando así una experiencia nada deseable. Es muy probable que en el futuro los requeridos de esta actividad decidan por viajes más cortos que en una emergencia les permita regresa a sus lugares de origen rápidamente.
  Las largas semanas sin clases escolares también debe ser un tema a resolver, ya que si no se encuentra una salida aceptable, vamos camino a tener una generación de analfabetos. Los grandes conglomerados de personas será otro tema a tener en cuenta, aunque este sea de más difícil solución. En general un replanteo sobre la economía que es el motor de toda actividad humana sufrirá alguna transformación. Y seguir enumerando todos los cambios que deberán hacerse será para un largo estudio. Aquellos países y personas que entiendan el nuevo orden serán los que más avanzarán hacia un futuro que nos permita dar las grandes soluciones que hoy necesita la humanidad, para salir del trance en que nos está envolviendo la pandemia que nos tiene preocupados. 
 Esto de la pandemia nos da tiempo para pensar. Pensar en la familia, pensar en la gente, en el futuro de nuestro país, de cómo saldremos adelante después de tantos años de transitar este camino como república, que aún hoy no encuentra su destino de grandeza. En fin, pensar.
 

 

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