Los demonios escapados de la moderna caja mataron a John Wayne

No fue la única víctima, esos demonios dieron muerte a cientos de personas participantes del rodaje de una película.

Quince segundos antes de las 5.30 de la mañana del 16 de julio de 1945, sobre un área del desierto de Nuevo México EEUU detonó Trinity, la primera prueba de un arma nuclear, previa al ataque a Japón. Este fue, en realidad, el instante en que se abrió la moderna Caja de Pandora, escapándose los demonios sin que la humanidad lo advirtiera. Ese artefacto utilizaba átomos fisionables de plutonio, igual que la que menos de un mes después, fue lanzada sobre Nagasaki.

 

Vencido Japón y terminada la Segunda Guerra Mundial, se inició la Guerra Fría entre Occidente y el área de dominio soviético. EEUU consideró necesario continuar el desarrollo de la Energía Nuclear, coincidieron también Francia, Reino Unido, por supuesto la URSS y otros países.

 

Durante la Guerra Fría, EEUU realizó pruebas nucleares detonando más de mil bombas. La mayoría de las primeras se realizaron en el Nevada Test Site, en las llanuras de Yucca, en el desierto de Nevada y luego en otros diez lugares como las islas Marshall, Alaska, Colorado, Misisipi, Nuevo México, etc.

 

Oscar Millard, el autor del guion de la película, EL CONQUISTADOR DE MONGOLIA había conseguido que el cineasta y aviador Howard Hughes, aceptara realizar la inversión de unos seis millones de dólares, para convertirlo en uno de los filmes más caros de la historia. Dick Powell será su director, John Wayne, dio vida a Genghis Khan, la primera actriz fue Susan Hayward, dos de las más destacadas figuras del cine internacional de los años 50. Miles de extras recrearon las históricas batallas.

 

Si bien la intención inicial era rodar en los paisajes en los que se ubicaban los hechos de la historia de la película, en Mongolia, en plena Guerra Fría eran parajes prohibidos para los estadounidenses. Se filmaría en un desierto de los Estados Unidos. En junio de 1954, en la localidad de St. George, a 200 kms. de

 

Nevada Test Site, sitio de las detonaciones de Nevada, se alojó el equipo de rodaje de la película.

 

En los cuatro años anteriores al inicio del rodaje, 31 explosiones nucleares se produjeron en la zona. La última prueba, un año antes, el 4 de junio de 1953. Los vientos de altitud en esa zona eran y son fuertes y predominantemente en dirección este, por lo que las nubes radioactivas, que provocaban las detonaciones, fueron arrastradas más allá de la frontera con Utah para generar fuertes lluvias radioactivas en el desierto de Escalante, donde se rodaría la película. Habían altos niveles de radioactividad en la zona, pero por entonces los efectos de la radiación eran bastante desconocidos y se ignoraba cuan dañinos eran los demonios liberados. La ciencia médica polemizaba la incidencia en la salud humana y los que alertaban sobre sus peligros eran acusados de alarmistas. Lo cierto es que la radiación era tan potente, que durante las noches el polvo del desierto contaminado, brillaba con un color rojizo.

 

La película fue posteriormente reprobada por la crítica. No se sospechaba que tras su estreno vendría lo peor. La decisión de filmar allí, en ese desierto, fue sentencia de muerte para por lo menos 91 personas que trabajaron en el film. Durante el montaje en los sets de Hollywood, los montadores pidieron una serie de tomas extras para poder finalizar el ensamblaje, pero era demasiado caro volver al desierto, por lo que hasta 60 toneladas de aquella arena fueron trasportadas desde las localizaciones originales hasta los estudios en California para reconstruir los escenarios, ampliando así los lugares expuestos a la radiactividad.

 

El primero en fallecer fue el compositor de la música, Victor Young, que ocho meses después del estreno murió a causa de un tumor cerebral, producto de la radiactividad recibida.. El director Dick Powell le seguiría en 1963 falleciendo debido a un linfoma. Seis meses después los médicos le encontraron a Pedro Armendáriz un cáncer en el riñón. Sabiéndose terminal, el actor se suicidó de un disparo en el pecho. Agnes Moorehead moriría en 1974 de cáncer de pulmón.

 

Para entonces los médicos también le habían diagnosticado a Susan Hayward un cáncer cerebral. La actriz luchó con uñas y dientes contra la enfermedad.

 

Las sesiones de quimioterapia le hicieron perder su famosa melena pelirroja. Murió el 14 de marzo de 1975 a los 57 años de edad. Cuatro años después le seguía el principal protagonista, John Wayne de un cáncer de estómago. El actor John Hoyt moriría también víctima de esa enfermedad. Esos solo son los casos más visibles porque hubo muchísimos más.

 

Según los que han estudiado el asunto, de las más de 200 personas entre actores y técnicos que rodaron en el desierto, 91 contrajeron cáncer y murieron a lo largo de las tres décadas siguientes. A esa estadística hay que agregarle los extras de la película, en su mayoría indios de la zona, entre los cuales las muertes fueron también numerosas, aunque no hay cifras concretas. En un principio, la Casa Blanca negó que las muertes estuviesen relacionadas con la absorción de partículas radiactivas procedentes de las bombas nucleares. Ya nadie duda de la influencia de las pruebas atómicas sobre la salud del equipo del rodaje de EL CONSQUISTADOR DE MONGOLIA y sobre la población de Utah.

 

Hasta hoy, a más de 75 años del inicio de la era nuclear, no apareció técnica alguna que neutralice la radiación y, como dijimos en nuestra nota de opinión anterior, a la humanidad solo le resta, como a Pandora, la ESPERANZA que alguna vez la tecnología encuentre forma de encerrar los demonios liberado

 

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