EL DIA DE CASIMIRO

El 3 de noviembre es feriado provincial de Chubut y pocos recuerdan el porqué

Por Víctor Tomaselli:  En efecto, se trata del caso de Casimiro Biguá, que como cacique principal del pueblo Aonikenk, más conocido como Tehuelche, con jurisdicción del amplio territorio que va desde la actual provincia de Río Negro al norte, llegaba hasta el Estrecho de Magallanes, al sur.

por REDACCIÓN CHUBUT 03/11/2021 - 00.00.hs

El cacique Casimiro y varios de sus principales caciques subordinados izaron el pabellón nacional argentino y juraron lealtad a nuestra bandera el 3 de noviembre de 1869, a orillas del arroyo Genoa, cerca de la localidad de General San Martín, en el oeste de la provincia de Chubut. El feriado provincial fue instituido en 1998 por ley provincial, reivindicando aquel acontecimiento. 

 

Casimiro es de algún modo un caso increíble en términos históricos, pues su vida es una de las más documentadas por diversas publicaciones que abarcan desde sus primeros años hasta los últimos. Los primeros, están reflejados por el naturalista francés Alcide D’Orbigny, quien relata en su libro «Viaje por América Meridional» un encuentro con la familia de Casimiro en la Posta de Bibois, a mitad de camino entre lo que hoy es Viedma y La Boca sobre la margen sur del río Negro. A ese lugar llegó la madre de Casimiro, Juni Juni, teniendo aquel unos diez años, para ofrecerlo como sirviente. El dueño del lugar era un francés que vivía de abastecer a los barcos que entraban al puerto de Patagones. Allí la primera referencia a Casimiro, a quien le endosaron el apellido Biguá como deformación fonética del de su «patrón» francés Bibois. Esto ocurría el 3 de marzo de 1829. Pasados tres años Casimiro huyó en apariencia hacia el sur, donde se volvió a integrar a los Aonikenk en ese momento conducidos por la famosa cacica María Grande. Casimiro se supo ganar el consenso de todos los Aonikenk, al ser nombrado cacique a la muerte de María Grande en 1844. 

 

Sabemos que sentó sus reales en la Bahía de San Gregorio, sobre el Estrecho de Magallanes y fue testigo del asentamiento de los chilenos primero en lo que llamaron Fuerte Bulnes en 1843 y luego Punta Arenas en 1848. Tenía una gran ligazón con Luis Piedrabuena, porque ambos eran originarios de Carmen de Patagones y Piedrabuena había instalado una casa de comercio en Punta Arenas, para abastecer la población y los barcos que frecuentaban el lugar.

 

Esta relación frecuente con Piedrabuena, explica que siguiera abasteciendo la tribu de Casimiro cuando se instaló en la desembocadura del río Santa Cruz en 1862. Piedrabuena lo llevó por lo menos dos veces a Buenos Aires a entrevistarse con el entonces presidente, y el estado nacional le concedió grado militar argentino y un secretario, además de diversos aprovisionamientos. La idea general de Casimiro, compartida por el comandante maragato, era instalar una colonia permanente en Bahía San Gregorio que pusiera coto a las ambiciones chilenas que ya estaban afincadas en Punta Arenas. Nada de eso se pudo realizar. 

 

En el intermedio, vuelve a estar documentada la vida de Casimiro y su tribu, pues George Musters convive con ellos durante los años 1865 hasta 1867, realizando el viaje tradicional desde el Estrecho de Magallanes a Carmen de Patagones durante ese tiempo.

 

Dos años después, mientras las disputas territoriales con Chile continuaban, impulsadas por el hecho de la debilidad argentina, dado que el esfuerzo gubernativo estaba puesto en la guerra fratricida con Paraguay, se da el hecho de la jura de la bandera argentina en la costa del arroyo Genoa, en lo que hoy es Chubut. En el lugar se levanta un monumento a Casimiro, reflejo de la grandeza de un hombre.

 

Es de hacer notar que el Estado argentino recordó al Cacique Casimiro Biguá en una emisión de sellos postales realizada el 2 de diciembre de 2006, Colección que se denomina Caciques Argentinos.

 

En momentos en que se vive una gran incertidumbre social y política, apenas saliendo de la pandemia, es muy importante destacar ejemplos como los del Cacique Casimiro de defensa de un territorio y de una identidad que nos cobije a todos los de buena voluntad. No otro es el camino, el de la solidaridad como lazo de fuerza. No sembremos polémicas estériles. Construyamos en serio.
 

 

¿Querés recibir notificaciones de alertas?